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[DEMASIADO CERCA]

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A veces un mes no es suficiente tiempo para nada. Otras veces es la chispa suficiente para recuperar o perder la cordura.

Era tan irónico cómo la vida pública de Tony seguía en ascenso en las noticias, pero internamente el hombre estaba tan hundido en el fango, que pronto empezaría a ahogarse.

No es como si no tuviese razones para vivir, es solo que no quería esas razones. Necesitaba mejores.

Quizás alejarse de Nueva York una temporada es todo lo que necesitaba. Debería hacerle caso a Pepper y Rhodey, viajar la ayudaría con su corazón roto.

Si tan solo no fuese tan masoquista y anhelase el dolor de James, podría irse. Pero no quería dejarlo. No quería ser feliz sin él, ¿quién podría serlo cuando conoció el cielo con un hombre y ahora vivía en el infierno sin él?

Tony decidió seguir con su castigo auto impuesto, no había forma de sacarse las palabras de Steve de la cabeza, necesitaba demostrar que no era un desperdicio de persona después de todo.

La noche de gala a la que asistió, fue igual de opulenta y aburrida que las anteriores. Mujeres se le acercaron para tentarlo con alcohol y sonrisas brillantes. Hombres hicieron lo mismo. Tony no estaba interesado.

Debería de estarlo, legalmente sería soltero en cuestión de semanas. Pero la única persona a la que quería, ni siquiera lo reconocía.

Después de una hora completa fingiendo sonrisas de revistas, y risas tan falsas que sonaban genuinas, Tony Stark dejó la jodida fiesta, solo. Otra vez.

Happy lo regresó a la torre, intentó coaccionarlo de buscar comida de verdad, un par de hamburguesas con queso lo pondrían de buenas. Pero Tony no tenía hambre. Solo quería regresar a casa, destapar una botella de Hennessy y dormir la mona.

Subió solo por elevador del parqueo, se dio el lujo de recostarse contra la pared, cerrar sus ojos y respirar despacio. Volvió a sentir el peso del cansancio colándose bajo su piel.

Entonces las puertas del elevador se abrieron en el lobby, y alguien ingresó en la cabina con él. Tony estaba demasiado ocupado en sus pensamientos para ver quién diablos invadía su espacio.

"¿Noche pesada?" dijo una voz grave. James.

Tony abrió sus ojos despacio, y miró al hombre que se apoyaba en la pared de la cabina a su izquierda.

Un par de ojos azules repletos de vida lo observaron con entusiasmo. El corazón de Tony volvió a latir después de un mes. Maldita sea.

"Algo así" admitió Tony nervioso, ocultó sus manos en los bolsillos de su pantalón cuando sintió que temblaba como un adicto.

James se miraba tan bien. No era la sombra de nadie que Tony recordase antes. Quizás al Bucky de las fotos que conservaba su padre en las que aparecía feliz, sonriendo al lado de Steve y sus amigos de la guerra. Le dolió el alma saber que ese Bucky estaba de regreso y Tony no podía tenerlo.

Bajó la mirada, observando sus zapatos para dejar de ver el hermoso rostro del hombre. Era demasiado joder. ¿Por qué el jodido universo se ensañaba así con él?

"Así que..." siguió Bucky carraspeando su garganta, Tony alzó la mirada, "¿Tú eres el hijo de Howard? ¿Cierto?"

¡Dios! Incluso su tono de voz era letal para él. Es como si todo su cuerpo reaccionase a cada parte de James, mientras su cerebro intentaba retenerlo donde estaba, diciéndole que tenía que ser el más fuerte aquí. Por el bien de Bucky.

WINTER'S FALLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora