El secreto

El último ensayo

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5 de marzo

Gèrard se despertó a la misma hora de siempre, ligeramente de buen humor aún que los nervios empezaban a hacerse notar. Esa misma tarde tendrían los últimos ensayos, que se harían en el Teatre Nacional de Catalunya, el lugar dónde al día siguiente se llevaría a cabo la primera fase del concurso.

Cuando terminó de prepararse y se dispuso a salir de su habitación para poder desayunar, cogió el móvil y le dio un vuelco al corazón. Tenía ni más ni menos que cuatro mensajes de Anne de la noche anterior, y es que a pesar de que ahora se llevaban bastante bien, no solían hablar mucho por WhatsApp a no ser que tuvieran que quedar para verse en el aula de música o para guardar las grabaciones de los avances que hacían con la canción. Los leyó varias veces y respondió aun más rápido de lo que le hubiese gustado, sintiéndose un poco estúpido al leer lo que acababa de enviar. Estuvo a punto de borrarlo, pero al final optó por dejarlo como estaba, sabiendo que si la chica veía que había un mensaje eliminado preguntaría.

En otra ocasión, es muy posible que hubiese esperado a ver si respondía, pero los mensajes ni si quiera le llegaban, seguro que todavía dormía. Si algo había aprendido ese último mes era que: uno, Anne adoraba dormir por encima de todo y si la despertabas eras hombre muerto; y dos, tenía muy mala leche y se picaba rápido, pero era divertido hacerle rabiar un poco.

Se guardó el móvil en el bolsillo del pantalón, y con una sonrisa ahora imborrable en su cara, se fue a desayunar. Tras hablar un rato con su padre, salió de casa para encontrarse con Javy de camino al instituto, lo que Gèrard no esperaba es que al llegar al punto de encuentro, también se encontraría con Jesús.

- ¿Qué haces tú aquí, tío? - preguntó sorprendido.

- Le he dicho yo que viniera, ya que este último mes os habéis llevado tan bien, he pensado que sería una buena idea quedar los tres juntos - explicó Javy animado.

- Si no te gusta me voy, ¿eh? - bromeó Jesús. Había cogido tanta confianza con Gèrard, que ya se atrevía a decir cualquier cosa sabiendo que no se la iba a tomar mal.

- Que va, si sabes que eres uno más de la familia, aquí hay hueco para todos - Gèrard no era menos, y estaba dispuesto a abrirle los brazos a Jesús en cualquier momento.

- Oye, me he enterado de que esta tarde ensayáis en el teatro Nacional, ¿allí es donde fuimos a ver la obra de teatro en inglés? - preguntó Javy con curiosidad.