Pétalos de una Rosa

Pétalo cinco

En la noche, Victory ya estaba acostada y esperando a su amiga, quién salía del baño recién bañada.

-No andes así. Vas a resfriarte.-la morocha salto del susto viendo al cazador en su silla como siempre. Sabía que era más de las 11pm, ya tendría que estar durmiendo.

-Tu ve a dormir, no te hace bien que duermas en la silla.-Dante la miró y le sonrió como siempre hacia para molestarla.

-Estoy en mi casa y hago lo que quiero.-Ivon suspiró cansada y siguió su camino hasta su habitación.

-Como quieras, solo lo dije para que tú cuerpo no sufra consecuencias y para que sepas.-se giró hacía el y le sonrió con dulzura.-Jamás me resfrío.-en un abrir y cerrar de ojos, tenía al cazador enfrente suyo. Ivon por el impacto de su aparición casi pierde el equilibrio pero el mayor la sostuvo contra así. Ella lo miró a los ojos y el adulto se le rió en la cara.

-Eres muy provocativa con estos shorts.-la mano izquierda del cazador tocaron el suave muslo de la morocha.-Lindo tatuaje.

-Gracias, adios.-empujo un poco su cuerpo pero el se resistía a soltar.-¿Podría por favor soltarme?.

-No, no, no.-ella forcejeo más y el se reía por lo tierna que se veía, le encantaba molestarla. "Para ser chiquita tiene fuerza".

-Puedo tener más fuerza si no me sueltas.-ella sin darse cuenta le respondió a lo que decía el cazador. Este la miró un poco confundido.

-¿Cómo sabías que estaba pensando en eso?.

-¿De qué cosa?.-ella mostró la misma neutralidad y él no sabía decifrar.

-Tu, deja de jugar.

-¿Quien me está agarrando sin soltar?.-él miró su cuerpo sin descaro y ella sin aguantarse le pegó un buen manotazo en su cabeza.-Deja de mirarme así, viejo verde.-Dante soltó su cuerpo y vio como subía las escaleras, no disimuló para nada como veía el trasero de la más bajita.

Ya adentro de su habitación, Ivon parecía correr una maratón. Su corazón latía como loco y su cabeza daba vueltas en si. Era obvio que le gusta Dante, siempre le gustó. Desde niña fue como su amor platónico pero tenerlo así de cerca le hace mal. El está jugando con ella porque es una niña, era obvio. Solo quería de una vez por todas largarse de este mundo y no tener que luchar contra sentimientos que sencillamente no serán nunca correspondidos.

-¿Qué pasó?.-por un momento olvidó a su amiga que comporten la misma habitación estaba ahí.

-Nada, el idiota de Dante me estuvo molestando.-Victory hizo un gesto pervertido e Ivon se cruzó de brazos enojada.

-Le llamas la atención.

-Y solo ahí se queda, no pienso dejar que un magnate como él me rompa el corazón.-se acercó a la cama y se acostó enojada.

-¿Romper el corazón? Pero si no lo amas.-Ivon miró a su amiga quién tenía una sonrisa en la cara.-Supongamos.

-Sabes que es como mi amor platónico. Es obvio que si dejo que entre más en mi corazón podría lastimarme y hacerme ilusiones. De todas formas no pertenecemos aquí.-su amiga agachó la cabeza y le dió toda la razón a su amiga.

-Tienes razón, no pertenecemos aquí. Pero disfrutar no nos hace mal.-la castaña le sonrió y eso tranquilizó a su amiga.

-Si es verdad, tuvimos mucha suerte. Conseguimos un trabajó y parece ser que nuestro jefe es buena onda.

-Es totalmente cierto, se comportó también con nosotras. A parte es un bombón.-ellas se rieron y recordaron al rubio alto de ojos azules verdosos.