Buscando a Mamá [Buckynat] adaptada

23

Natasha cerró la puerta con un sentimiento inexplicable. No sabía que pensar o sentir por lo que la pequeña Anika le había dicho, por una parte se sentía bien que la pequeña la hubiera llamado de aquella forma, pero, por otra parte había algo que no le llenaba de felicidad; su relación con el padre de la pequeña era aún inestable y odiaría que fuera llamada de aquella forma cuando tal vez al final terminaría alejándose de ambos.

Bucky había estado atento aquella escena, y al igual que Natasha estaba confundido acerca de que pensar con lo que anteriormente había sucedido, pero a diferencia de ella, se encontraba un poco mas feliz por la forma en la que Anika había llamado a Natasha, mamá.
Antes de que Nat pudiera ver a Bucky se alejó unos pasos. Ella salió sin si quiera notar la presencia de él, se encaminó a la puerta dispuesta a irse, pero Bucky la siguió por detrás y justo cuando ella estaba por bajar las escaleras la detuvo.

— No te vayas — le suplicó. Nat se volteó para mirarlo directamente.

— ¿Estas seguro de que esto pueda funcionar? — preguntó Nat. Bucky realmente no estaba seguro, pero quería arriesgarse. No tardó mucho en darle su respuesta abrazándola.

— Primero debemos de intentarlo, ¿no?.

(...)

Natasha despertó en una habitación que no era la de ella, los brazos de Bucky la tenían rodeada, se sentía bien, pero quería irse de ahí antes de que Anika despertara y la viera ahí junto con James

Trató de separarse de los brazos de James sin despertarlo, pero lo único que había conseguido era todo lo contrario; no había podido separarse de él y había conseguido despertarlo.

— Buen día — saludó él.

— Buen día — respondió Ella. Bucky se quedó unos segundos viéndola. Había despertado al lado de tantas chicas, pero con Nat parecía ser diferente, comenzando con el hecho de que era la primera que no amanecía desnuda a su lado.

Nat se sentía avergonzada de la mirada que él le estaba dando. — Creo que será mejor que me vaya — señaló ella.

— Te llevo — Bucky la dejó libre de sus brazos y ella inmediatamente aprovechó la oportunidad para levantarse.

Bucky suspiró. Vaya que le costaría tener algo con Nat. Se levantó y observó como ella se encontraba colocándose sus botas. Él tomó también sus zapatos y se los puso.

— Veré como sigue Anika — dijo James saliendo de la habitación.

Nat se sentó en el borde de la cama. Y llevó sus manos para sostener su cabeza. ¿Realmente estaba sucediendo? Se estaba enamorando de alguien, y vaya que le había costado volver hacerlo, pero ahora que podía estar junto a él, no se sentía del todo segura de querer comenzar una relación.

(...)

Nat y Bucky iban en el auto de él escuchando la radio en silencio. Aún era temprano y el tráfico era casi nulo. Ambos iban analizando la situación.

— Quiero intentarlo — habló Ella. Bucky frenó de repente causando una sacudida a ambos.

— Lo siento — se disculpó con una sonrisa en el rostro. — ¿Es en serio? — preguntó arrancando de nuevo.

— Si — habló Nat.

— Te prometo que nada malo va a pasar — contestó él — ¿Qué te parece si el sábado salimos juntos? Anika irá con su abuela a pasar la tarde.

— Me parece bien. Entonces en sábado. Es una cita — exclamó con cierta alegría en su voz.

(...)

Los días habían pasado rápido y el sábado había llegado mas pronto de lo que Nat esperaba. En los últimos días había estado cuidando a Ani mientras James trabajaba; y Anika no había evitado recordarle una y otra vez la cita que tendría con su padre.

Ahora Nat se encontraba desayunando en casa, mientras María la observaba desde enfrente. Su mirada estaba perdida y sorbía de su café en solo pequeñas ocasiones.

— ¿Qué sucede? — preguntó su tía al verla en ese estado por varios minutos.

— ¿Qué? — preguntó Ella confundida.

— Algo a ti te pasa, y creo saber que es — Nat dejó la taza en la mesa y jugó con sus manos por unos segundos.

— Tengo miedo al arruinarlo — María la miró con una sonrisa — Anika está demasiado confiada a que terminaré casada con Bucky — soltó una pequeña risa ante el recuerdo.

— Ay mi niña — expresó María con ternura — ¿Cuándo creciste? — Nat sonrió — Creo que deberías de ir arreglarte. No queras hacer esperar a Bucky — Nat se levantó y abrazó a María

— Gracias por todo.

(...)

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