‧₊˚꒰ 4 ꒱༉

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La expresión de Blossom cambió a una emoción geniuna al ver el gran armario lleno de linda ropa de Bubbles, mientras que en la de Buttercup se formó una mueca, seguido de un grito de frustación que por suerte sólo oyeron las dos otras chicas. En el rostro de Bubbles se reflejó el susto que el sonido que había salido de la boca de la verde le había provocado, mientras que la rosa la miró con disgusto.

ー ¡No grites, necia! ー Exclamó Blossom con reprovación ante la expresión de Buttercup. La pelinegra la estresaba. ¿No entendía lo que era tener modales? Era demasiado ruda en la mayoría de situaciones. A veces la pelirroja se preguntaba cómo la había aguantado todo ese tiempo.

ー ¡¿Quién eres tú para darme ordenes, si se puede saber?! ー Preguntó exhasperada la pelinegra, con una mirada desafiante dirigida a la rosa. A su parecer, Blossom era demasiado perfeccionista. ¿Acaso no sabía lo que era divertirse? Además, ella no iba a ponerse una falda ni en sueños.

ー ¿Podríais no discutir, por favor? ー Suplicó la rubia, intentando interponerse entre sus dos amigas antes de que Blossom respondiese a la pregunta de Buttercup. Estaba harta de que estuviesen siempre así, desde pequeñas, cuando se discutían por quién era la líder. No habían cambiado para nada. Escuchar a esas dos personas que quería mientras se gritaban mútuamente era horroroso, más aún cuando la menor las consideraba las hermanas que nunca había tenido.

Ambas callaron de golpe, mirando a la rubia con expresión culpable. Bubbles les habría dicho que se perdonaran, pero eran demasiado orgullosas para disculparse, y la azul lo sabía. Por eso tan sólo les sonrió ligeramente y les hizo un gesto para que vieran su ropa y escogieran lo que más les gustase. Hasta Buttercup podría encontrar algo, pues no todo lo que tenía eran faldas.

Una hora después, entre comentarios sorprendidos de la pelinegra al hacer el gran descubrimiento de que en el armario de Bubbles había algunos vaqueros rotos de los que la verde solía llevar, mientras que Blossom se enamoró de un mono con falda de un rosa cenizoso muy lindo, las tres chicas ya se habían dado una ducha de agua caliente y se habían vestido con las prendas de la rubia.

Buttercup había escogido unos vaqueros rotos y un jersei verde oscuro que probablemente no era de Bubbles, pues a la pelinegra le iba un par de tallas grande. Por su parte, Blossom llevaba el mono con falda rosa cenizoso que había hecho que sus ojos brillasen nada más verlo, y una camiseta blanca. Finalmente, la rubia vestía una falda plisada azul pastel y un jersei corto de mangas anchas de color perla.
Las tres bajaron las escaleras entre risas por algún comentario de Buttercup, y se encontraron a los tres chicos tomando el té con la abuela de Bubbles.

ー Oh, chicas, uniros a nosotros, anda. ー las invitó la mayor con una sonrisa amable, a la vez que su nieta se acercaba y se sentaba a su lado, seguida de la pelirroja y la pelinegra. ー La verdad me sorprendió que a estos apuestos muchachos les gustase la ropa de tu padre, cielo. Pensaba que a todos los jóvenes de hoy llevaban otro estilo.

Tras ese comentario, las miradas de las tres chicas se fueron a la ropa de los contrarios, que estaban sentados delante suyo.
El verde llevaba una camisa a cuadros abierta encima de una camiseta negra, y unos vaqueros algo descoloridos por el paso del tiempo. El pelirrojo llevaba aún su gorra, que parecía que no se quitaba ni para dormir, una camiseta roja con una palabra se moda en la época del padre de Bubbles, y unos pantalones de chándal negros. Boomer, por su parte, había escogido un jersey de un lindo azul con tres finas rayas blancas en la parte superior del torso, y unos vaqueros un poco rotos.

Buttercup apartó la mirada segundos después, cuando sus ojos se estaban empezando a perder en los profundos irises verdes de Butch, con las mejillas algo rojizas, pero sin perder su expresión habitual. Con eso, el pelinegro ahogó una pequeña risa, a lo que Buttercup reaccionó dándole una patada por debajo de la mesa, y Butch tuvo que reprimir un pequeño grito de dolor que se asomaba a salir. Se apuntó mentalmente que no debía molestar más a la contraria a menos que quisiese terminar en el hospital.
Paralelamente, Blossom arqueó una ceja mirando a Brick, y este respondió suspirando mientras rodaba sus ojos de tonos rojizos.
Por su parte, los azules se intercambiaron cumplidos sobre su ropa con una sonrisa, a lo que la pelinegra y la pelirroja reaccionaron rodando los ojos, pues si no fuese por la presencia de la abuela de la rubia Buttercup ya estaría dando una ración de putazos a Boomer.

Era una situación incómoda. Los únicos que parecían saber hablar entre ellos sin miradas asesinas entre ellos eran los dos rubios, mientras que la pelinegra y la pelirroja contestaban con monosílabos a los intentos de sus contrapartes de iniciar una conversación. Finalmente, la mujer anunció que iba a descansar en su cuarto, y dijo a su nieta que si necesitaba cualquier cosa ya sabía donde estaba. Una vez oyeron pasos en el piso de arriba que indicaban que la abuela de Bubbles ya no los oía, Buttercup rompió el silencio.

ー ¡RUBIO! Si vuelvo a ver que hablas con mi amiga, pasarás por lo que pasó el brócoli en la escuela esta mañana. ー Dijo con una mirada amenazante al azul, a la vez que este asentía atemorizado. La pelinegra volvió su mirada a la rubia, dedicándole a esta una de decepción, y la susodicha bajó la mirada. ー Bubbles, no sabes cuáles son sus intenciones. Dicen haber cambiado, pero dudo que sea así. ¿Entendido?

ー Buttercup, déjalos. Si quieren hablar, que hablen. Si realmente no cambiaron, Bubbles aprenderá de sus errores. Y si te equivocas y sí tienen buenas intenciones, vas a tener que tragarte tus palabras. ー Apuntó Blossom, bebiendo un sorbo del té que la abuela de la menor les había preparado. Después de eso, la expresión de los ojiazules se alegró, y volvieron a su charla sobre avestruces y peces borrón.

ー ...Si tuviese un pez borrón le llamaría Sharleen, y si tuviese un avestruz, se llamaría Gomi... ー Comentó Bubbles, y Buttercup la interumpió, negando con la cabeza.

ー Ni en broma. No quiero que cada vez que venga a merendar a tu casa vea una cosa fea de esas. ー dijo la pelinegra, arrugando un poco la nariz.

Ante ese gesto, lo primero que le vino a la mente a Butch fué "Qué mona", pero instantáneamente se arripintió de haberlo pensado, pues ¿y si Buttercup podía leer su mente y le daba otra ración de putazos? Afortunadamente, pareció que no tenía esa habilidad, o si la tenía, no dijo nada al respeto.

...

La lluvia no cesaba, si no que cada vez era más y más intensa. Buttercup y Blossom ya llamaron a sus padres para indicarles que iban a pasar la noche en casa de Bubbles, y la abuela de esta invitó a los muchachos a quedarse también, lo que aceptaron con gratitud.

Cuando ya iban todos en ropa cómoda para dormir, nuevamente dejada por Bubbles y su padre, y la rubia en su camisa de dormir azul cenizoso, se dispusieron a dormir.
Unos minutos después, cuando ambos ojiazules ya habían caído rendidos en el sueño, al igual que el pelinegro y el pelirrojo, Buttercup y Blossom estaban realmente asustadas. ¿Y si pasaba como esa noche de cuando eran más pequeñas?
De repente, oyeron unos pasos en el pasillo, y sus ojos se encontraron. Ambas asintieron. Estaban pensando lo mismo.

ー Como la casa vuelva a estar bajo los efectos de un rayo Z negro le voy a suplicar a Bubbles que se cambie de casa, sólo digo. ー Comentó Buttercup, intentando relajar el ambiente y que así quizás ella y Blossom pudiesen dormir de una vez.

Unos minutos después, se oían los ronquidos de Blossom y Brick, combinados con las respiraciones tranquilas de los azules y el verde. Pero por mucho que lo intentase, la pelinegra no conseguía caer dormida, cuando normalmente no tenía problemas para eso. ¿Sería que esa casa le traía recuerdos de esa noche?
No. Había otra cosa, o más bien, alguien, que no paraba de correr por su mente, incapacitándola de dormir. ¿Por qué le pasaba eso a ella?

‧₊˚꒰ 𝐃𝐢𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐜𝐡𝐚𝐧𝐠𝐞? 𝐏𝐏𝐆 × 𝐑𝐑𝐁 ꒱༉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora