Permiso

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Kira estaba sorprendida cuando le dieron su boleta de calificaciones, había sacado un puntaje un poco mayor a 90 en todas las materias. Aquellas calificaciones iban a ser mandadas a sus padres automáticamente, así que no tendría que preocuparse por verlos o eso era lo que había pensado.
- Por favor, pónganme atención todos - dijo el profesor después de entregar las calificaciones - Con motivo de un descanso de los exámenes realizaremos un viaje grupal todos los de tercero año - anunció.
¡¿Un viaje?! Kira se emocionó, ese sería el primer viaje que iba a realizar en su vida. Anteriormente sus padres jamás la habían dejado ir a esas cosas, decían que era una perdida de tiempo y ahora podría ir sin problema alguno.
- Solo necesito que por favor den esto a sus padres para que lo firmen de que están de acuerdo con que ustedes vayan. Tienen hasta el lunes para entregarlo, es una semana lo que les estamos dando. No hay excepciones, deben tenerlo firmado.  - continuó el profesor.
Kira suspiró. Maldición.
Repartieron los permisos y cuando tuvo el suyo en mano volvió a suspirar, realmente quería ir a ese viaje...
Antes de salir de clase pidió al profesor hablar con él.
- Lamento preguntar esto, profesor. Pero yo no vivo con mi familia, ¿es posible que alguien más firme de enterado? - pidió haciendo una reverencia.
- Kashima-san, me temo que no será posible. Debe ser padre o tutor quien firme - declaró el profesor.
- En ese caso... ¿Puedo llevar mis calificaciones yo misma? Las necesito para pedir permiso -
- Está bien, supongo que no hay problema con eso - accedió.
Al salir de la escuela Kira iba cabizbaja, ver a su familia era lo menos que quería en ese momento.
— ¿Qué tienes, Kira? – preguntó Iwaizumi mientras caminaban juntos para ir a casa.
— Nada... Sólo que debo regresar a Tokio para que firmen mi permiso – contestó con poco ánimo.
Iwaizumi la volteó a ver con curiosidad.
— Realmente no te agrada tu familia, ¿verdad? – preguntó.
— No me gusta hablar de eso – admitió ella y suspiró — pero te contaré todo al llegar mientras hago mis maletas –
No dijo nada más en lo que caminaban hasta que llegaron al departamento de Kira.
— Creo que a pesar de todo al final tenías razón, si solía ser una niña mimada. Pero eso no siempre es bueno, ¿sabes? – dijo ella pero Hajime no contestó, solo se dedicó a escucharla — Mis padres siempre quisieron la hija perfecta, me obligaron a hacer muchas cosas que no quería y si me negaba el castigo era lo peor. Nunca quise ser gimnasta, el entrenamiento era demasiado y querían que tuviera buenas calificaciones; el año pasado me lastimé y desde entonces comencé a negarme a hacer lo que no quería. Me amenazaron con que debía seguir sus reglas si vivía ahí, eso me trajo a esta situación – explicó ella mientras comenzaba a hacer su maleta para el fin de semana.
Iwaizumi no dijo nada por unos minutos y luego le sonrió.
— Iré contigo – declaró él.
— ¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! – gritó ella.
— Tal vez un poco, pero no te voy a dejar ir sola – insistió él.
Kira intentó protestar un par de veces más pero Iwaizumi no cambió de opinión.
Aquel día salieron a Tokio en el primer camión que pudieron encontrar al llegar a la estación.
Durante el camino Iwaizumi estuvo haciendo varias cosas para hacer reír a aquella chica para que por unos instantes olvidara a que iban.
Llegaron a la mañana siguiente, tomaron un taxi hasta la que solía ser la casa de Kira.
Ella tocó la puerta de una casa grande, si bien no era una mansión si se veía bastante espaciosa y cara.
Abrió la puerta una chica parecida a Kira pero mayor, quien abrió la boca de impresión.
— ¿No vas a saludar a tu hermana? – preguntó Kira sonriendo.
— Disculpa, no se supone que hable contigo. Debo ir a avisar a mis padres – contestó cerrando la puerta en su cara.
Kira suspiró.
Al poco tiempo abrió la puerta una señora bastante arreglada con un vestido beige bordado.
— ¿Qué quieres, Kira? – preguntó la señora.
— Necesito tu firma para una actividad escolar y traje las calificaciones – contestó ella.
La señora la vió con algo de desprecio, extendió la mano pidiendo aquellos documentos.
— Primero las calificaciones – exigió.
Kira le extendió los papeles que ya tenía listos para entregarle, su madre pasó la mirada por aquellos números.
— Mediocre, igual que siempre – comentó.
Iwaizumi había abierto los ojos de sorpresa, él había visto las calificaciones de aquella chica. Eran casi perfectas y por poco ocupaba el primer lugar de la escuela ¿Cómo podía decir alguien que se suponía era su madre que era mediocre?
Kira no dijo nada, le entregó el permiso después de aquello.
— ¿Un viaje escolar? Sabes que esas son tonterías, Kira. No me hagas perder el tiempo – dijo aventándole el permiso y posteriormente comenzó a cerrar la puerta.
Kira solo se quedó ahí parada, sin embargo Iwaizumi se había hartado.
Detuvo la puerta antes de que se cerrara.
La madre de Kira lo vió con cierto odio.
— Ella ya no vive en su casa – dijo él.
Aquella señora no pareció comprender el punto de Iwaizumi.
— ¿Y qué? –
— Usted dijo que ella debía seguir sus reglas solo si vivía aquí. Para usted el viaje es una perdida de tiempo pero para ella no, es su deseo ir pero necesita la firma. – explicó Iwaizumi y le pidió a Kira el permiso, se lo entregó dudando un poco.
Hajime le entregó con firmeza el permiso.
— Firme – indicó él.
La madre de Kira rió.
— Comprendo, lo firmaré esta vez – accedió y en ese momento fue por una pluma que estaba cerca y firmó.
Le entregó el papel a Iwaizumi y les dijo a ambos:
— Que quede claro que es la última vez que haré esto, no los quiero ver a ninguno de los dos de nuevo. Deja que tus calificaciones sean mandadas por la escuela. –
Después de eso cerró de un portazo.
Kira automáticamente abrazó a Iwaizumi, él le regresó el abrazo.
— Vamos, no dejes que te vean así. Caminemos para allá – dijo él con mucha calma.
Caminaron un par de cuadras y finalmente Kira comenzó a llorar. Iwaizumi la abrazó fuertemente y no dijo nada hasta que finalmente se calmó.
— Tenemos que buscar donde quedarnos... – dijo ella.
Hajime rió.
— No te preocupes por eso pequeña, nos las arreglaremos – contestó él.
Comenzaron a dar un paseo, Iwaizumi le consintió comprarle lo que quiso de comida y propuso mejor regresar aquella noche a Miyagi.
Subieron en el último camión, el cual salía a las 11 pm. Apenas arrancó Kira comenzó a quedarse dormida.
— Recárgate en mí – ofreció él.
Kira no lo pensó dos veces y se recargó en el hombro de Iwaizumi.
— Hajime... Sólo lo diré hoy... Te quiero – confesó ella.
Iwaizumi se sonrojó.
— Y...yo a tí – tartamudeó.
Kira rió adormilada y se quedó dormida rápidamente.
Hajime no comprendía muy bien qué pasaba pero sentía como su corazón iba rápidamente. Sonrió ¿Era así como se sentía cuando te gustaba alguien?

It's not like I like you !  ~ Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora