Viaje

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Finalmente el día del viaje había llegado, Kira estaba muy emocionada y se había dedicado a molestar a Oikawa; quien extrañamente ya estaba un poco harto de la emoción de la chica.
— Kashima-chan, ya por favor – se quejaba el castaño mientras ella se brincoteaba y lo jaloneaba.
Iwaizumi se acercó hacia ellos, le encantaba ver la felicidad de aquella chica aunque por fuera seguía demostrando la misma cara seria. A Kira se le iluminaron los ojos al ver a Hajime cerca y corrió hacia él.
— ¡Es hoy! ¡Es hoy! ¡Es hoy! – gritó ella como niña chiquita mientras tomaba su mano para jalarla de arriba a abajo con emoción.
Iwaizumi le dedicó una pequeña sonrisa y acarició su cabeza. Kira se sonrojó un poco ¿siempre se veía así de lindo cuando sonreía?
Los maestros comenzaron a llamarlos para subir al camión y ella corrió de inmediato.
Iwaizumi simplemente la vió con ternura mientras que Oikawa rió.
— Realmente está emocionada, ¿eh? – dijo, Iwaizumi solo asintió con la cabeza — ¿Hasta cuándo vas a reprimir tus sentimientos por ella, Iwa-chan? – lo cuestionó Oikawa.
— No sé de qué me estás hablando, Shittykawa – respondió de manera seria.
— De que si no te apuras alguien más va a ser más valiente que tú – contestó Oikawa.
Iwaizumi no contestó nada más, simplemente se subió al camión en el que había ido Kira. Justo cuando llegó Kira estaba explicando a algún chico que el asiento al lado de ella ya estaba apartado.
— Oh, vamos. No creo que la persona vaya a llegar si es que sigues esperando – insistía el chico.
— La persona ya llegó, hazte a un lado – contestó Iwaizumi, aquel chico simplemente siguió derecho.
— Si no te conociera diría que estás celoso, Iwa-chan – dijo Kira en tono burlón.
— Ya quisieras, niña – dijo él.
Ella solo se rió.
Kira no pudo quedarse quieta durante todo el camino, la emoción era demasiada así que cuando Iwaizumi se quedó dormido en el camión comenzó a hacerle maldades.
Se tomó fotos con él, le puso unos lentes en forma de corazón que ella llevaba y después le tomó fotos, volvió a quitarle los lentes para no dejar rastro de aquella maldad y comenzó a picar sus mejillas con el dedo para molestarlo.
— Déjame dormir, Kira – gruñó Iwaizumi.
— Es que ya quiero llegaaaaar – se quejó ella.
Hajime se desperezó un poco y volteó a ver la carretera.
— No falta mucho, pequeña – afirmó él.
Efectivamente unos minutos después los camiones comenzaron a estacionarse y por fin bajaron.
Llegaron a un lugar con cabañas, donde se hospedaron por grupos de 4 separados hombres y mujeres.
Iwaizumi, Matsun, Makki y Oikawa compartieron cuarto, mientras que Kira compartió cuarto con tres chicas que realmente no conocía pero se veía que eran buenas personas.
Aquellas chicas se habían presentado como Shinomia Akane, Saiba Nanami y Haruka Chika.
— Tú eres la chica de Iwaizumi-san, ¿cierto? – preguntó Nanami.
Kira comenzó a reír.
— Lo siento, pero no estamos saliendo, solo somos amigos – respondió sonriendo.
Las tres chicas la vieron sorprendidas.
— Pensé que sí – comentó Akane.
— Pero si te gusta, ¿no? – preguntó Chika con curiosidad.
Kira se quedó callada por unos minutos.
¿Qué era lo que sentía por aquel chico?
— Honestamente... No sé – confesó.
Aquellas chicas comenzaron a hacerle más preguntas con curiosidad que ella contestó con honestidad.
— Yo creo que si te gusta, pero nunca lo has experimentado antes y por eso dices que no sabes – concluyó Chika.
— Estoy de acuerdo, aparte es muy obvio que él si está loco por tí – dijo Nanami
— ¿Muy obvio? – preguntó Kira muy confundida.
— Iwaizumi-san no le sonríe a nadie como lo hace contigo – explicó Akane.
Después de aquella conversación con las chicas Kira había quedado aún más confundida.
Las actividades del lugar comenzaron, eran competencias de hombres contra mujeres. Iwaizumi y Kira se habían acomodado de tal forma en la que siempre quedaron juntos para enfrentarse.
No tenían ni idea de cómo había empezado todo pero ambos habían comenzado a coquetearse mutuamente como una manera de distracción para poder ganar. A veces funcionaba, a veces solo era por el puro placer de ver la reacción del otro.
Se lanzaban besos, Iwaizumi le guiñaba el ojo y al final hizo uso de mostrar un poco sus abdominales para distraerla.
Durante el descanso Kira le dio un puñetazo en el hombro.
— Eso último no se valió – se quejó ella.
— No pusimos reglas al juego – dijo él en su defensa — Aparte no sabía que eras ese tipo de chica –
Kira se sonrojó bastante.
— ¡No lo soy! – se quejó ella volteando para otro lado.
Iwaizumi solo rió.
Kira había regresado a su habitación aún más confundida por lo sucedido aquel día, por lo que decidió dormir para dejar de sobrepensar las cosas.
Iwaizumi había hablado con aquellas chicas con las que Kira compartía cuarto, les pidió dejaran la puerta abierta para él porque quería darle una sorpresa en la noche a Kira. Aquello se les hizo tan romántico que no dudaron en ayudarle.
Cerca de las 3 am Iwaizumi se había colado al dormitorio de Kira, comenzó a moverla para despertarla. Sin embargo, aquella chica seguía dormida.
— Kiraaaa – susurró mientras la movía más fuerte.
El reflejo de aquella chica fue patearlo antes de despertar. Hajime se agarró el estómago del dolor de la patada que había recibido.
— ¿Qué pasa...? – preguntó ella aún adormilada.
Iwaizumi no sabía si reír, llorar del dolor o contestarle.
— Vamos – dijo él finalmente y le ofreció su mano para que se parara.
Los dos se escabulleron de ahí, Kira seguía medio dormida por lo que no comprendió a dónde la llevaba.
Cuando finalmente llegaron a aquel lugar él le dijo que se acostara, ella lo obedeció y se acostó con los ojos cerrados con intención de seguir durmiendo.
— Abre los ojos, tonta – la regañó mientras le daba un sape.
— Ay, está bien. No tienes que pegarme – se quejó.
Abrió los ojos y fue simplemente impresionante. El cielo estaba lleno de estrellas, jamás había visto algo así en su vida.
— En la ciudad nunca se ve así... Se ve hermoso – comentó ella.
Iwaizumi la volteó a ver.
— Sí, si se ve así – afirmó sin dejarla de ver.
Ella se dio cuenta de aquello y le dió un pequeño golpe juguetón.
— No digas esas cosas idiota... –
— ¿Por qué no? –
— Porque me la voy a creer –
— Deberías creerlo – dijo él mientras se ponía de lado y se levantaba para darle a aquella chica un beso en la mejilla — Eres hermosa –
Kira se había quedado sin palabras, no comprendía todo lo que estaba pasando.
— No estoy soñando, ¿cierto? – preguntó algo dudosa.
— No, no lo estás – contestó Iwaizumi volviéndose a acomodar para ver las estrellas.
Ambos acercaron sus manos lentamente hasta entrelazarlas. Se quedaron unos minutos platicando de aquella forma.
Kira volteó a ver a Iwaizumi y sonrió.
— La próxima vez que quieras ver las estrellas avísame antes, así evitaré patearte – dijo ella.
Iwaizumi rió.
— Lo tendré en cuenta – dijo él sonriendo.
Aquello podría volverse algo lindo o algo incómodo al día siguiente, pero en ese momento ambos estaban disfrutando del momento.

It's not like I like you !  ~ Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora