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La luz del sol comienza a traspasar la ventana lo cula hace que sea molesta, al fin rendida decido levantarme, miro la hora y me sorprendo de que sea tan temprano, apenas son las 7:00 am y ya está el sol. Me ruedo por a cama dispuesta a ir al baño, salgo de mi habitación y a lo lejos escucho unos susurros, es extraño, se supone que todos están dormidos a esta hora.
Me acerco lentamente a dónde provienen, me pego un poco a la pared para que no me vean, escucho la voz de un hombre y una mujer. Maya y River.

-Vaya, quién diría que no cumplirías con tu palabra solo por esa estúpida chupasangre-

-No la llames así, tiene nombre y es Giselle, te guste o no he cambiado de opinión, es una buena persona, no entiendo porque quieren hacer esto-

-Al parecer el perrito faldero encontró un juguete nuevo y no solo eso, también quieres a la cosa esa que está en su vientre, esto dará de que hablar- escucho un golpe y unas cosas caer, me sobresalto por ello pero no me muevo de mi lugar- An..anda, haz..lo y él te ma.. matará-

-No retes mi paciencia Maya, déjala en paz y más te vale no mencionar nada de esto, yo ya no tengo nada que ver con ustedes-

Escucho como tose y trata de respirar- No te creas invencible solo por tenerla a ella, recuerda que también está Asher y él no está muy feliz con tus acciones de amigo bondadoso. Ten cuidado por dónde vas y también espero que te des cuenta sobre en qué lado estar, no quiero hacerte daño. Adiós cachorrito- salgo lo más rápido de ahí y me encierro en mi habitación. Escucho como cierran la puerta de la casa.
Mi respiración es agitada, ¿Qué es lo que me escondes River? ¿Cómo es que Maya conoce a Asher?. A lo lejos escucho unos pasos acercarse, intento parecer como si nunca hubiera salido de mi habitación. Veo entrar a River con una ligera sonrisa.

-Ya despertaste pequeña-

-Sí, el sol es molesto- trato de darle mi mejor sonrisa, como si no hubiera escuchado aquella conversación, en mi mente aún rindan aquellas palabras y miles de dudas han surgido, por el momento no comentaré nada, solo espero y me tenga la suficiente confianza como lata decírmelo, sería un gran dolor para mí sí me traicionara, ya se ha ganado un lugar en mi corazón.

-Ya veo- dice un poco pensativo, espero no me haya escuchado antes, sus ojos se vuelven a odiar en mi y me da una sonrisa tímida- ¿Bajas a desayunar?-.

-Eh sí, ya voy, solo me daré un baño y bajo-

-Perfecto-











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-Buenos días pequeña, ¿Lista para el gran día?- entra Alba a la cocina y se sienta delante de mi- Hoy haremos el hechizo, encantamiento, acto de magia o como lo quieras llamar- toma una manzana del frutero y le da una enorme mordida, me mira esperando una respuesta.

-¿Cuándo? ¿En la tarde? ¿En la noche?- trato de no sonar desesperada pero creo que resultó todo lo contrario.

-Tranquila Gi, tenemos un día largo para hacer eso- se acerca River y deja en frente de mi un platillo de huevos revueltos. Le sonrío en forma de agradecimiento.

-Gracias- susurro por debajo.

-River tiene razón pero tranquila, lo haremos en la noche, cuando la luna esté en su punto-

-¿Estás segura de que no dañará a mi hijo?- mi mirada se torna un poco seria, lo que menos quiero es que más personas salgan heridas gracias a mi.

-Muy segura, yo cuidaré de ambos, no hay que temer-

-Oye Alba, ¿Cuándo crees que Giselle entre en labor de parto? Ya se ve muy gordita-

Eternidad CompartidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora