Recuerdo que Elvira preguntó a Mateo y a mí sobre nuestra pareja de noche. Entre risas decía que no, mientras que Mateo justificaba lo mismo. Elvira toda impaciente se alejó y fue a su sesión de besos. Mientras que nosotros nos quedamos disfrutando de nuestro ron y discutíamos sobre nuestras parejas, decía que eso no es para mí, que soy muy mala y lenta en ese asunto.
El me devolvió una sonrisa capaz de derretir hasta el más petrico hielo del ártico.Segundos después, entre la música y la jovialidad veo a Zeus caminar hacia nosotros.
Con un caminar lento se dispuso a mi lado izquierdo, quedando yo entre el bombon de Mateo y Zeus disfrazado de Simón.
Ahora que lo recuerdo, la situación se volvió algo particular, pues los tenía a los dos a mi disposición. Decidí que era hora de solicializar y aprovechar la situación para practicar mi francés. Convenientemente.
Mateo preguntaba a Simón sobre su cultura, sobre lo que pensaba de nuestro país, su experiencia de viaje, su aventura en Montañita. Mi yo, poco intrépida decidió escuchar y participar de la conversación de vez en vez. Dandome el tiempo necesario para disfrutar de tan hermoso Dios. De un rato al otro, Elvira decide que es hora de más licor, dispone una jarra para nuestro nuevo miembro y nosotros dos. Siguiendo el ambiente fiestero decidimos embullirnos del manjar que provee el licor y sus efectos secundarios.
Entre tragos y tragos, era hora de abastecernos de más licor, de más, mucho más. Las cuatro botellas de ron no eran suficientes.
Decido proponer a Simón ir por un par de botellas adiciónales. Simón concuerda conmigo y vamos por más.
La distancia entre Hakuna Matata y la única licorería del pueblo era realmente considerable según Simon. El supo decir que sería una caminata de cuarenta minutos entre ir y regresar. Llenos de valentía y dispuestos a comprar el preciado tesoro, partimos.
Caminamos junto a la playa por alrededor de diez minutos, seguimos por una calle principal pasando por un parque . Mientras caminamos hablamos sobre la dificultad del idioma francés y sus diferencias con el español, una conversación algo aburrida pero muy práctica para mis motivos finales.
Entre la conversación sentí mi mano rozar la suya. De pronto sentí su mano sostener la mía, debo confesar que ese movimiento fue algo atrevido pero estimulante para el momento. Antes de llegar a la licorera Simón me arrincona hacia la pared de una calle desconocida. Con la fuerza de su cuerpo e imposibilitando cualquier escape me planta un beso. Uno muy bueno. Y después de ese, llegaron varios minutos y una larga sesión de besos.
De cierto modo puedo decir que gracias a eso soy una experta en el beso francés.
Después de nuestro descanso llegamos a la tienda y compramos ron, vozkca y dos botellas de sprite. El regreso a Hakuna Matata fue más corto de lo previsto. Entre platica y coqueteo el tiempo pasó de prisa.
Al llegar al bar daban las 3am del siguiente día. La madrugada estaba en su punto. La musica, la playa y los sentidos a mil por hora.
De pronto me hayo junto a Simón, acariciando su cabello rizado color dorado. Mi mano continúando por su rostro y tomando un descanso en su cuello. Juntando alrededor de su cuerpo mis dos manos a la vez que atraía mi cuerpo al suyo. Siento sus manos en mis caderas a la vez que nuestros labios se juntan en un beso candente y lleno de pasión, de lujuria.
Así continuamos por el tiempo necesario que me tomó olvidarme de mis amigas y darme cuenta que ya no estaban junto a nosotros.
Habían desaparecido. ¡Las malditas me habían dejado sola, otra vez!
Demando a Simón por ellas, y por sus amigos. De pronto, el los encuentra junto a la playa, sentados disfrutando del sonido de la guitarra y de la vista de una magestuosa luna llena. Su luz fue imnoptizante.
Juntos de la mano corrimos hacia nuestro grupo de amigos. Sin antes manifestar a Simón lo mucho que amo la Luna y las estrellas.
Llegamos al sitio donde nuestros amantes de una noche disfrutaban del momento a mil por hora. A la vez que haciendo caso omiso a la compañía Simon y yo tomamos nuestros rostros al mismo tiempo que juntamos nuestras bocas en una sinfonía sin fin de besos apasionados.
No tengo idea del tiempo que pasó, la noción de mi alrededor desapareció. Solo recuerdo el calor de nuestros cuerpos, y el deseo insensante que demandaba de más, y mucho más.
Mi cuerpo pedía más, mil hormigas recorrían mi cuerpo. Por un momento olvidé la compañía. De la playa y hasta la luna. Lo único que mi mente y cuerpo demandaba era pasión y más de todo. Más de todas las sensaciones que derivaba una caricia, un beso un roce suyo.
De pronto Elvira hace un llamado a la realidad, burlándose de nuestro espectáculo y como un reto de niños propone un baño bajo la luna llena. Momento seguido miro a Simón corriendo hacia el mar DESNUDO. Como si la situación no fuese aún más intrigante me hayo quitandome la blusa y dejándome en shorts lista para un baño bajo las estrellas. Y de esta manera dieron las cuatro de la mañana, un grupo de intrépidos jóvenes, desvelandose y dejándose llevar por las caricias, los deseos, aventuras y un frenesí de emociónes. Retando la furia de la marea.
Simon y yo juntos en el mar, el desnudo, yo semidesnuda. Enfrentando cada ola juntos unidos por besos, caricias y nuestras manos. Todos jóvenes, libres y aventureros.
Y al cabo de unos minutos, mientras el licor de la sangre desaparecía y el nuevo mañana daba su bienvenida salimos del mar y caminando juntos nos dirigimos al pueblo.
Charlando, sonriendo, siendo libres, jóvenes, aventureros, amantes, intrépidos. Entregándonos a la pasión del momento, liberando la culpa y el deseo. Sin ataduras.
Camine junto a Simón, siendo la última parejita del grupo. Yo sonriendo y recordando el momento de libertad. El ofreciendo llevarme a mi campamento en su bicicleta viajera, asegurándome que era conocedor del pueblo, que nada malo pasaría.
Al cabo de unos minutos nos ayamos caminando sobre la avenida principal de los cocteles, nos detenemos frente una casa cuya fachada colorida nos dice que en medio de la tranquilidad del amanecer, por la noche se combierte en un colorido bar exclusivo. Nos detenemos, Simón nos hace una invitación para su presentación musical de la noche. Por otro lado mirándome fijamente y sostiendo mi mano me hace una invitación a pasar e incriblemente me hayo respondiendo afirmativamente ... siendo consiente de la naturaleza de la Propuesta. De la predisposición de la situación y la intrepidez del futuro... sorprendiendome, entregándome a mis placeres y deseos.
Permitiendome ser yo, quitandome mi máscara.
Siendo yo misma.
Y así fue como los bajos instintos toman fuerza y basta un solo movimiento para desatar el mar del deseo y dar cabida a la pasión... evidentemente está historia...Con besos 😘 Sandy...
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Mercedes
RomanceElla es salvaje y romántica. Ella es sensual, ella es mística, atrevida y temerosa. Ella lucha con el demonio, lo suelta y avanza. Ella tropieza y se levanta. Ella es miedo. Ella anhela. Ella ya no cree. Ella está loca, descubre. Nuestra querid...