Alianzas:
Marco x Karmi ❌
Marco x Hiro ✔️
Marco x Miguel ❌
Karmi x Miguel ✔️
Karmi x Hiro ❌
Miguel x Hiro ❌
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Hiro entró al laboratorio por la ventana, similar al día anterior; pero está vez usaba más plásticos y hasta se había echado insecticida; además de eso, era muy temprano: el coraje que le tenía a Miguel no lo había dejado dormir bien. Caminó hasta su computadora y empezó a trabajar; cada segundo desperdiciado era una oportunidad menos de ver a Tadashi, estaba consciente de eso, sin embargo, el odio a Miguel lo distraía y trabajaba más lento de lo normal.
Llegó Marco a hacer el aseo y saludo a Hiro, pero este no contestó; saludar de vuelta le quitaría valiosos segundos de trabajo. Lo mismo pasó con Karmi, quién soltó un bufido y aprovechó que el genio estaba distraído para tomar su celular e instalarle una aplicación, después se fue a encerrar a su oficina. El genio trabajó toda la mañana hasta que llenó su libreta de apuntes. Fue al almacén por otra y tropezó con Marco, quien estaba acostado en el suelo.
—¿¡Pero qué diablos estás haciendo!? —chilló el genio mientras se levantaba y esbozaba una mueca molesta.
—Shhh, no hagas mucho ruido —le respondió el mexicano—. Si Karmi se entera de que me estoy haciendo pendejo me va a regañar.
—¡Pues ponte a limpiar! ¿¡Que no te das cuenta de que este trabajo es demasiado importante!? No podemos perder el tiempo— después de quejarse, se llevó una mano a su cabeza. Hiro sentía dolor, mucho dolor.
—Perdón por tirarte, pero es que estaba buscando centavos debajo de los muebles.
—¿Centavos?
—Sí, a mi guitarra le pasó... un accidente y con mi sueldo normal tardaría años en comprar otra.
Marco se puso nervioso, no se atrevía a confesar lo que había pasado con mamá Elena (tenía miedo de que ella lo escuchara). Lo cierto era que, desde el día que lo cachó manoseando a Miguel, ella tenía los ojos en él, vigilándolo atentamente, buscando cualquier señal de mal comportamiento para darle un chanclazo. Fuera del horario laboral, en ocasiones sentía la mirada de la señora, era por eso que el trabajo era el único momento en el que podía intentar sacar algo más de dinero.
—No necesitas una guitarra Marco —interrumpió Hiro los pensamientos de su amigo—. Tu trabajo es limpiar, solo limpiar. No eres músico. No necesitas hacer nada más.
—Ese es el problema conmigo Hiro. No tengo nada especial, por eso quiero practicar mucho con mi guitarra. Tal vez, si me vuelvo famoso como mi primo, por fin logre que se fije en mí. —Marco dio un suspiro al aire. Sus ojos se iluminaron y se imaginó compartiendo un concierto con Miguel. Dentro de su fantasía, al final lo miraría a los ojos y le robaría un beso frente al público.
Hiro frunció el ceño al recordar a Miguel y le dio más coraje cuando vio a Marco recordándolo con cariño. «¿Qué diablos le ve a ese perdedor?», pensó, y después agregó:
—Miguel está loco, debería estar en prisión por acosar gente.
—Pues, solo te ha acosado a ti... Tienes demasiada suerte. Si yo fuera tú ya le habría mallugado el trasero a nalgadas.
—¡Suficiente, Marco!
—No te enojes chinito, es solo una broma.
—No me gustan ese tipo de bromas; me molesta que hables de manera pervertida de otros hombres.
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Toloache para el chino (Higuel)
HumorQuizá a México le faltan huev... para conquistar China pero esos a Miguel le sobran. Acompaña a nuestro héroe a afrontar una aventura llena de triángulos amorosos, escenas subiditas de tono, amores prohibidos y grandes peligros todo para conseguir e...