c'est magnifique (capítulo único)

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Comentarios: 1.- El arte de la portada no me pertenece, (yo no sé dibujar jeje).

2.- Éste es el último especial de mi primer fanfic largo, si eres nuevo leyendo a esta humilde autora principiante, puedes verlo entrando a mi perfil, donde tengo un capítulo con contenido adulto dedicado a esta pareja, sin más que decir, disfruta mucho tu lectura, por esta vez es cortita, y si te gusta, recuerda dejar una estrellita (es completamente gratis).



La naturaleza de la campiña francesa... madre tierra encantadora, combinada finamente con la civilización, dadora de vida y un resplandor naciente en cada flor silvestre, en cada ser, el verdor de los pastos, y el multicolor elegante de las camelinas, el enigmático cantar del viento, que lleva secretos en el susurro del aire por sobre las copas de los árboles, en esa encantadora melodía e historia que se escribe por los caminos labrados en piedra, y se cuela en las pintorescas casas de los pastores de antaño y en los soberbios castillos de los antiguos nobles, en los hombres de campo que veían en el fruto del trigo a los rayos del sol brotando del suelo antes virgen, es el escenario perfecto para el amor y la intimidad de quienes dicen amarse.

¿Cuánto tiempo estuvo Kardia sin presenciar algo así?, sus viajes por el mundo no se parecían en nada a estar así, con el alma tan conectada con el más privado instinto de placer, ¿qué tanto se había perdido por vagar por todos lados, sin sentir lo que ahora mismo experimentaba en lo más privado de su mente?, muchos años sin duda, tal vez muchas encarnaciones también, pero ahora... su corazón le latía al unísono que el de Dégel. Recordaba perfectamente el momento en el que se cruzaron de frente, y sin remedio quedó prendado de su fina imagen, sólo para descubrir que lo que escondía detrás era todavía más bello.

El ruido de los andenes que dejaron atrás para viajar por esa encantadora vista, digna de una postal, y el crujir de los rieles metálicos, eran su conversatorio mudo hasta el momento, el horizonte de praderas tenía el poder de sumergirlos en un aura de complicidad que solamente les pertenecía a ellos dos, con el amanecer próximo, traspasando el delicado cristal de la ventana del tren, y un somnoliento y hermoso francés dormitando en su regazo, el joven griego aspiró todo el oxígeno que le cabía en sus pulmones, aire perfumado de café recién tostado, tibio por su cercanía con Dégel, que atesoraba más que a nada.

Con su mano derecha, retiró con cuidado los lentes de lectura del que estaba descansado, y acarició con la otra sus lacios y largos cabellos, ¡cuánto lo quería!, ¡cuánto lo había buscado sin saberlo!, lo tocó con cautela, sin esperar traerlo de nuevo al mundo de la conciencia, sin embargo, el sueño ligero del galo, desapareció y lo despertó en el instante que su piel reconoció el recorrido de ese ardiente  tacto, que tenía marcado en cada rincón de su cuerpo, como el fuego puro que despedía sus sentimientos por Kardia, con un agarre suave entre sus dedos entrelazados, el peliverde le dio un pequeño y casto beso en el dorso de su mano, entreabriendo los ojos, para mantener un íntimo lazo entre los dos, que detonó en la más cálida de las sonrisas, su tono de voz posterior fue bajo, y adornado por el cariño.

-Deberías seguir durmiendo bombón francés.

-Contigo no me es fácil, es como si incendiaras mi ser.

-¡Vaya!, ¿ahora somos poetas Dégel?

-Ya sé que tu fuerte no es la literatura del romanticismo, o mejor dicho, ninguna literatura...

-En ese sentido te equivocas.

-Creí que a parte de todos los libros que leíste para obtener tu título de Biólogo, sólo disfrutabas de los trillers de horror y terror.

c'est magnifique (KardiaXDégel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora