II. Familia Delta

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—¡Bienvenidos a la unidad Delta! soy D78 —. Ingresó al salón un hombre de apariencia amable con una barba de ancla y un cabello muy arreglado, cojeaba al caminar—. Estoy informado que ustedes formaran mi unidad.

—Entonces, ¿eres nuestro capitán? No pareces uno —susurró una chica tras de mí.

—No, soy tu teniente. A propósito, ¿cuál es tu identificación?

— Soy... E38, teniente —raspó la última palabra, y un color rojo subió cubriendo su rostro, era claro que pensó que no la habían escuchado.

—Bien, chica E2... olvídalo, soy malo recordando números —. Se acercó a ella con pasos lentos—. Hace poco conocí a una chica fastidiosa, desagradable y yo le decía Lila, ahora que ella no está, tú —la señalo—serás la nueva Lila.
Ella pareció maldecir por lo bajo,  el tono rojo en sus mejillas combinaba con sus cabellos.

—Teniente, ¿está permitido que nos ponga apodos? —preguntó un joven de cabello atado a mis espaldas.

—Lindo cabello, tu serás Aquaman.

—Pero que rayos...

—Tú serás Buggie —se detuvo frente al chico a mi lado.

—¿Es broma? —preguntó el señalado mientras se oían risas, el teniente lo ignoró. 

—Y tú serás...Fresa.

—¿Por qué? —refutó la chica.

—Pregúntale a tu tatuaje.

Vi de reojo que llevaba un tatuaje en forma de fresa en su hombro descubierto, el teniente detuvo su mirada frente a mí.

—Ricitos. 

Quise responder pero no lo hice, mi cabello no era rizado aunque esta mañana había amanecido algo alborotado que le daba esa apariencia.

—Tú, el último ¡de pie!

El chico se levantó, tenía un tatuaje en todo su brazo—. ¿Cuánto mides?

—1.95 Teniente.

—Eres alto, a ti te llamaré Titán, ahora a correr todos.

Trotamos varias vueltas alrededor del salón. Al finalizar la sesión fuimos al comedor, como solía llamarse el lugar donde se reunían todos los miembros del ejército en esta estación para alimentarse siempre de lo mismo: barras de alimento.

Se veía repleto como siempre, recogí mi barra y un vaso de agua.

Me ubiqué en una mesa separada de los demás y procedí a comer. Acostumbrada prácticamente no le sentí el sabor. Recuerdo el primer día que lo probé, pensé que era la comida mas deliciosa que había probado pues en la tierra con mucha suerte comía algo en descomposición.

—¿Lily? ¿Eres tú? —volteé de inmediato al reconocer ese nombre, era mi amiga, mi única amiga de Pikex y la única que podía llamarme como mi abuelo lo hacía.

—¡Lorraine! —Me hice a un lado dándole espacio en la mesa—. No puedo creer que estés aquí, pensé que seguías en Pikex.

—Ni yo, apenas logré pasar la prueba de ardentía y aquí estoy—. Tomó la barra en sus manos—¿Otra vez la barra de alimentos? Esperaba algo más en esta nave —suspiró con decepción.

—Es mejor que nada —, respondí dando un sorbo al agua.

—Supongo que tienes razón— dijo llevándolo a su boca.

—¿En qué unidad vas?

—Cobra, mi teniente es un cascarrabias ¿Y tú?

Le resumí en pocas palabras quién era mi teniente, ella solo atinó a reír.

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