V. Supervivencia

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Mi desesperación aumentaba a cada segundo, ya veía la muerte llegar pero estaba dispuesta a luchar hasta el último. Se acercaron más, estaba a un par de metros y sin pensar frené. Dos de ellos se estrellaron contra la parte trasera del coche, abrí con fuerza la puerta y salí corriendo hacía un edificio con puertas destrozadas. Subí por las gradas ya que el elevador estaba en terribles condiciones.

Había una oficina en uno de esos pisos, tenía las puertas cerradas así que me encerré en ella. Me escondí bajo un escritorio y tapé la boca al niño que milagrosamente ya no lloraba.

Pasaban los minutos, no se escuchaba ningún ruido, ninguna señal de que estuvieran cerca. Dejé al niño escondido y me levanté, tomé un cortaplumas que estaba sobre la mesa y me acerqué a la puerta. No había rastro de ellos, abrí la puerta lentamente y salí, el pasillo estaba vacío.

Recorrí todo el piso sin encontrar nada, estaba por volver a la oficina donde estaba el niño pero un quejido me sobresaltó. Estaba segura que era un piso abajo. ¿Eran ellos? Corrí hacia la oficina pero en ese momento choqué contra algo enorme y oscuro. Caí de espaldas sintiendo dolor en mi cabeza, frente a mí estaba una de esas figuras acercándose.

Todavía tenia el cortaplumas así que le apunté, mis manos me sudaban. Retrocedí y conseguí ponerme de pie, esa cosa no me permitía pasar para ir hacia la oficina donde había dejado al niño. Se dividió en dos, ahora eran dos lo que estaban frente a mí, uno de ellos se acercó y dirigí el cortaplumas en su dirección.

Continuó acercándose y de un tajo pasé la navaja por su cuerpo, salió una emanación muy oscura casi negra mientras que el ser emitía unos sonidos estridentes, se retorcía y caía al suelo, su compañero se abalanzo sobre mí, el cortaplumas cayó al suelo y esta criatura que me aplastaba empezó a envolverme con su vapor. Me quedaba sin oxigeno, mi rostro ardía, quemaba; veía mis manos volverse de color oscuro y oscurecerse todo alrededor.

Hice mi último esfuerzo empujando su cuerpo frío y sin forma, en ese momento toqué en lo que creo que era su pecho o estómago una extraña y pequeña forma caliente, le clavé las uñas sin pensarlo. El ente me soltó, cayó a mi lado expulsando humo negro en abundancia de la parte donde le había lastimado y luego no se movió más.

Apenas recuperé el aliento corrí hacia la oficina donde se supone estaba el niño pero no lo encontré. Salí de nuevo, por el corredor observé al piso de abajo, varios de esos entes estaban rodeando algo y yo sabía que era.

Bajé las escaleras, ellos voltearon hacia mi, dejándome ver al niño entre ellos, y no se movía. Estaba acostado en el frío suelo con lágrimas frescas bajo sus pequeños ojos y parte de su piel estaba de ese color oscuro. Me rodearon, sabía que este era mi fin, también sabía que moriría pero esperaba poder salvar al niño. Ahora estaba lista y dispuesta a enfrentar lo que venía.

El humo negro me rodeó, humo de cada uno de ellos, sentí mi piel arder, cerré los ojos apretando mis puños e intentando soportar el dolor.

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