Hombres de Cartón || Ziam ||

Parte 10

Liam le había pedido esta mañana que por favor llevara a su oficina unos papeles importantes que se olvidó al salir de casa y que necesitaría pronto.

Así que hizo lo que le pidió rápidamente y salió para allá. Si bien podría llevarlo alguien más él prefirió conducir, en fin, puso la dirección en el GPS y comenzó a conducir.

El clima estaba algo frío ese día, y parecía que más tarde llovería así que se apresuró un poco porque tenía que regresar y preparar la cena.

Cuando llegó se imaginó un lugar súper moderno y elegante, pero era un lugar mucho más moderno de lo que se imaginó. Y ahora que se pone a pensar nunca le pregunto a que se dedicaba. Dejando de lado su asombro decidió entrar en el edificio, la puerta estaba siendo custodiada por dos alfas enormes, con aspecto rudo e imponente, así que se apresuró para acercarse a la recepción y preguntar por Liam.

La recepcionista le indicó donde estaba la oficina de Liam después de mirarlo con desdén y que le insistiera dos veces. En fin, subió por el ascensor hasta el piso  7 porque ni en sus más locos sueños se atrevería a subir por las escaleras, cuando llegó lo recibió la secretaria que se encontraba revisando papeles y hablando por teléfono al mismo tiempo.

Espero pacientemente a que termine de hacer lo que hacía para poder dejar lo que le pidió Liam. Mientras tanto, se puso a pensar en lo que prepará para la cena al regresar a casa, los ingredientes que usaría, el tiempo que tardaría en cocinarse todo.

—¿Puedo ayudarle en algo?— Zayn salió de sus pensamientos y se dirigió nuevamente al escritorio.

—Buenas tardes, sí. ¿Podría llamar al señor Payne?

—Claro, ¿quién lo busca?

—Zayn Malik, por favor— sonrió antes de ir a sentarse nuevamente en la silla a esperar como le indicó la mujer.

Espero alrededor de veinte minutos y no pasaba nada. ¿Habrá llegado muy tarde? ¿Liam ya se habrá ido?

Suspiró profundamente así que decidió mandarle una mensaje y preguntarle si ya se fue, que estaba esperando hace más de veinte minutos fuera de su oficina. Lo envió y espero unos minutos.

Liam salió de su oficina con el ceño fruncido y se acercó a él. No pasaba muy a menudo y se quedó sorprendido cuando lo llevo hasta la oficina en la que trabajaba de la mano bajo la atenta mirada de la mujer. No quería que se enojara con el por haber llegado tarde y posiblemente habría perdido el tiempo por su culpa.

—Lo lamento mucho no era mi intención llegar tan tarde. Pero es que la señorita de recepción parecía muy ocupada y no me atendió hasta que todos se fueran y la que supongo es tu secretaria no me atendió y cuando lo hizo me dijo que estabas muy ocupado.

—Calma no pasa nada, no es tu culpa. Muchas gracias por haber venido.

Tranquilizó al omega y lo sentó en el sofá para que pudiera beber un poco de agua. Se sentó a su lado y comenzó a revisar los documentos que olvidó muy concentrado. Zayn siempre fue alguien curioso así que decidió preguntar.

—¿De qué se tratan esos papeles?

Liam le devolvió la mirada encontrándose con unos ojos brillando en curiosidad color miel espléndidos.

—Son reportes de los niños que ingresaron hace unos meses atrás. Niños huérfanos.

Zayn asintió en comprensión. Siempre fue alguien que simpatizaba bastante rápido con los niños, le encantaba su inocencia, su imaginación, y su ternura por más traviesos que fuesen. Y escuchar que se quedaban solos le rompía el corazón y era solamente por su condición de Omega.

—¿Podría conocerlos alguna vez?— preguntó de repente.

Liam lo observó tranquilamente dándole una sonrisa.

—Por supuesto, si así lo deseas.

Zayn sonrió rompiendo el contacto visual, fijándose en la hora y dándose cuenta que se estaba haciendo tarde para ir a casa.

—Ya me tengo que ir— anunció rápidamente—. Debo ir a casa y preparar la cena.

Se levantó del sofá apresurado yendo hasta la puerta a punto de salir cuando Liam lo detuvo de un hombro.

—Zayn.

Se dió la vuelta para esperar a que le dijera que sucedía y así poder irse pronto.

—¿Si, Liam?

Liam parecía nervioso pero aún así le preguntó.

—Yo me preguntaba si te gustaría ir a cenar fuera esta noche.

Zayn se sorprendió, no es que recibiera a menudo ese tipo de preguntas y no quería ilusionarse de nuevo.

—¿Cómo en una cita?— no sabe porqué dijo eso así que sus mejillas inmediatamente se tornaron de color carmín, de repente poniéndose nervioso.

—Cómo en una cita— afirmó dándose cuenta que salió de la manera más natural posible. ¡Y no tartamudeo!

Zayn asintió todavía con la mirada baja, porque no quería que Liam se diera cuenta de su bochornoso sonrojo en sus mejillas.

¡Tenían una cita!