Bueno, este es mi primer Reddie que espero que sea del agrado de todos los que amen este ship. Al menos lo intente hacerlo bien ¡Saludo a mis lectores, os amo!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando me fui de Derry me despedí de Edds luego de eso, nada. Era como si alguien cogiera mi cerebro y borrara de mi cabeza casi todo que había vivido esas intensivas semanas, en las que mis amigos y yo...
Mis amigos y yo... ¿Lo ven? Incluso escribiendo esto no logro acordarme exactamente que hice por mucho que me esfuerce, nada.
Cuando llegue a New York, mis padres me matricularon en una universidad para continuar mis estudios. Yo quería ser disc-jockey o humorista, aunque no sonaba nada mal dedicarme a ambas cosas. Aquel día no dejaban de meterse conmigo, mis gafas, me había cansado y necesitaba quitarme esos cubos de vasos que me empezaba a incomodar demasiado.
Así que me plante mirando a mis padres le dije
-Quiero ponerme lentillas! –
Mi madre me miraba con cara de haber chupado un limón. No era de extrañar su reacción nada de lo que hiciera le parecía bien. Porque siempre quiso a una niña que aun niño. Ahora era un adolescente de 19 años que pedía a gritos un poco de atención por parte de sus progenitores.
–Rich, cariño ¿Quieres ponerte lentillas? –
Mi padre se levantó mirándome -Así tal vez con ese cambio te hace ser más hombre. Y traes a una chica a la casa. –Fruncí el ceño mirando a mi papa -¿Chica? Oh, sí conozco una –
Primer día de clases
Rememorando lo que es conocer a una chica en mi primer día de clase. –Hola soy Rich! –y que ella pasara frente a mi pasando de mi culo para reunirse con sus amigas. Eso es conocer a una chica. –Oh, ok! –me ajuste las gafas me fui al otro lado del pasillo universitario.
Volviendo al presente
Mirando a mis padres sentados esperando a que el oculista me tomara la graduación. –Bien, tendrás tus lentillas en unas semanas –di un salto carraspeé poniendo la voz de una persona adulta. –Gracias señor, se lo agradezco por todo lo que hace por mí –estrechando mi mano con la del señor. Mi madre con cara de haberse caído encima un bote de kétchup.
Así que espere, espere, seguí esperando hasta que llegó mi momento ¡Mis lentillas! La primera vez reconozco que fue algo asqueroso tener esa cosa en la mano, era como meterse un extraño ente en tu ojo ¿Si me revienta el globo ocultar con esto? Pensé colocándome como podía las lentillas que me picaba un poco al principio.
Luego me fui acostumbrando a llevarlas puestas a todas horas. Pero la mejor experiencia de todas fue cuando volví a la universidad. Ahora, si, ahora si ligaba con las chicas que pasaba por mi lado.