Nunca pelees enfrente de los dioses

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4) Cambio de sexo: Aristemo un día despiertan convertidos en mujeres
OS basado en la película "Ella en mi cuerpo y él en el mío".

Carlota Cervantes siempre había sentido celos de Cuauhtémoc López, pues éste parecía ser el novio de Yolotl Rey, la chica que tanto le gustaba.

Por su parte, Cuauhtémoc López sentía los mismos celos por Carlota, quien era muy cercana a Aristóteles Córcega, el chico de sus sueños.

Esa era una de las tantas razones por las que nunca pudieron entablar una amistad, hasta que, justo cuando creían que su mala suerte no podía empeorar, la maestra Diana los emparejó para hacer uno de los trabajos finales del semestre, el cual consistía en ir al Museo Nacional de Antropología y hacer un resumen acerca de los dioses toltecas y mayas más importantes.

Sin muchos ánimos, se pusieron de acuerdo en el día y la hora en que se verían.

Al llegar, los dos trataron de comportarse cordiales con el otro, sin embargo, era lo más difícil que alguna vez habían hecho.

Pasearon por algunas de las salas del museo, casi sin dirigirse palabra, haciéndolo todo mucho más incómodo de lo que era.

Ya estaban a nada de terminar con lo asignado, cuando la pelea inevitable sucedió.

-Bien... este es el dios Chaac... controla las lluvias y...

-Creo que te estás confundiendo, puede ser el dios de la fertilidad. –dijo Temo.

-Bueno, si no sabes leer, no es mi problema. Ahí claramente dice quien es.

-Uuuy, pues perdón por tratar de que no cometieramos un error en nuestro trabajo.

-No sería así si me prestaras atención en lugar de estar tan al pendiente de tu celular.

Temo no sabía ni entendía porqué parecía que Carlota lo odiaba, si él nunca le había hecho nada. De hecho, era la primera vez en su vida que cruzaba más de dos palabras con ella.

Caminaron un poco más, hasta que se encontraron con la escultura de otro dios.

-¿Por qué eres tan odiosa? –preguntó Temo en voz baja.

-¿Por qué no puedes hacer nada bien? ¡Dios! ¡Te juro que no entiendo porqué ella se fijaría en alguien como tú! – soltó Carlota de repente.

-¿Disculpa? ¿Se puede saber de qué estás hablando?

-De... nada... ya, ponte a trabajar. Dime quien es este dios.

Temo no estaba del todo satisfecho con aquella respuesta, pero si quería acabar rápido para irse, tenía que hacerle caso –Es... Itzamná, dios de la sabiduría.

-Ok... con este acabamos. Por fin.

-Perfecto, si eso es todo, me voy. Ni quien quiera pasar más tiempo con una persona tan arrogante como tú.

-¿Arrogante yo? Mi vida, he hecho más por este trabajo que tú, así que ni me digas nada. Además, ni me conoces.

-Ayy, bye, no puedo contigo.

-Bien, adiós.

-Adiós.- entonces un enojado Temo salió del museo, dejando a su compañera sola y temblando de ira.

Lo que los dos no sabían es que Itzamná había observado su pelea y así interfirió en su destino.

A la mañana siguiente, Temo se despertó sobresaltado, pues el sonido de su alarma sonó bastante diferente.

La apagó y se levantó. Extrañamente se dio cuenta de que estaba en una habitación que no era la suya. Se sintió bastante desorientado, pues no reconoció nada en ese sitio: todo era blanco con toques de azul agua.
En los muebles había cosas que se notaba pertenecían a una mujer, como perfumes, accesorios para el cabello o maquillaje.

Historias con orgullo [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora