De cómo Aris se dio cuenta que se enamoró de Temo y algunas alucinaciones

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9) Que incluya la palabra "Distorsión"
OS basado en un capítulo de la serie "Scorpion"

¡Y para tu información, ser gay no tiene nada de malo!
Aquellas palabras de voz de Aristóteles Córcega se reproducían una y otra vez en la mente de Zac.

-¡Raritos! Yo les voy a enseñar que si tiene mucho de malo. -se dijo a sí mismo con tono amenazante y un malévolo plan entre manos, que sin querer, le saldría bien, pues mientras elaboraba todo para crear un poco de caos, dos adolescentes confundidos estaban hablando en alguna banca del centro de la ciudad.

-Temo, yo... no puedo corresponderte, yo no soy gay. –decía Aristóteles a lo que Temo lo corrió del lugar, pidiéndole que lo dejara solo.

Días depués, Zac le contó a Ben lo que harían de nuevo para molestar a Aris por su supuesta oreintación sexual.

-Dejémosle este recado, para que crea que el tal Cuauhtémoc quiere verlo aquí después de clases. –dijo Zac.

Y así fue. Aristóteles llegó a su pupitre después del recreo y vio que en él había un papel; lo tomó y leyó.

Querido Ari, me gustaría hablar contigo de algo muy importante. Te espero en el salón de Arte después de clases.
Temo

El corazón le latió tan rápido que el chico tuvo que sostenerse de su mesa pues se empezó a marear.

Claro que quería hablar con Temo, era su mejor amigo y le dolía demasiado esa distancia entre ellos, y aunque se le hacía muy rápido, creyó que su amigo ya estaba recuperado un poco, por lo menos para poder mantener una conversación casual con él.

Así que se emocionó, pensando en un par de cosas que le gustaría decirle al chico que había dejado la nota. Lo que no sabía, por supuesto, es que todo eso acabaría un poco mal.

La campana que anunciaba el final del día escolar sonó puntual a las 2:30pm.
Aunque Aris vio que Temo se quedaba un poco rezagado en su sitio, él salió para dirigirse al salón de Arte.

Obviamente, al llegar no había nadie, aunque encontró la puerta un poco emparejada.

Entró y dejó sus cosas en el suelo, dándole la espalda a la puerta; fue por esa razón que no vio que Zac y Ben salían detrás de ella.

No fue hasta que Zac le dijo –Ahora si, rarito, a ver si con esto vuelves a pensar que ser gay no tiene nada de malo. –que Aristóteles reparó en su presencia.

Al decir esto, Ben aventó una lata y ambos salieron disparados del lugar, cerrando con seguro.

Aris no entendió nada de lo que pasaba hasta que de la lata tirada en el suelo comenzó a salir un humo de color azul.

Corrió hacía la puerta y miró por el cristal que ésta tenía en medio.
Desde la ventana, Zac y Ben lo veían divertidos, mientras un Aris desesperado les golpeaba el vidrio para que lo dejaran salir.

No fue hasta que escucharon unos pasos que los dos echaron a correr.

Temo iba saliendo del salón donde, cinco minutos atrás, había tenido clase con Aris, cuando vio a Zac y Ben correr. Se le hizo demasiado sospechoso, por lo que fue a checar qué travesura habían hecho en el salón de Arte.

Llegó y los puños de Aristóteles contra el cristal lo asustaron, haciendo que diera dos pasos atrás, hasta que éste gritó

-¡Ayuda! ¡por favor! ¡alguien!

-¿Aris? ¿Qué... qué te hicieron?

-Fueron Zac y Ben, me encerraron aquí, ayúdame Temo, por favor, hay una cosa que huele a limón pero saca humo azul.

Historias con orgullo [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora