13) Espacio para sorprender
La "primera parte" de este OS se encuentra más arriba; es el capítulo "Cambiando al mundo un color a la vez".
¡¡¡Feliz pride!!! Espero pasen un día agradable, lleno de cosas lindas, reflexiones y amor.
Aunque la marcha física no se pudo realizar este año, recuerden que esto es una conmemoración y una lucha que continúa; no dejemos de alzar la voz por nuestros derechos, de celebrarnos y sentirnos orgullosos de quienes somos. Sigamos haciendo comunidad, demos la mano a quien nos necesita y sigamos informándonos.
Muchos medios están haciendo una marcha virtual en la que se estarán tocando temas de suma importancia, no lo dejen pasar.
Yo los amo mucho y les recuerdo que estoy para ustedes cuando lo necesiten; estoy muy orgullosa de ustedes y de quienes son: personitas valiosas, valientes y hermosas.
Los amoooo!!!!!!!!
Rosa M.-¡Papá Temo! ¡Ya llegué! –Una mujer de 48 años, elegante, guapa y muy simpática, entraba a la que fue la casa de su infancia, llamando a su padre.
Cuauhtémoc López, un hombre guapo de 67 años, entró a la sala para verla.
-¡Mi hermosa hija! Llegaste temprano, te esperaba para la cena.
-Si... es que...
-¡Ni se te ocurra mentir que te conozco desde chiquita!
-¡Papá! –rió la mujer –No iba a mentir, es sólo que quería verte antes, nada más. –acarició un poco del cabello entrecano de su padre –Te he extrañado mucho.
-Mi vida, nos vimos hace poco.
-Para una hija nunca es suficiente. –Temo puso una mano en su mejilla.
-Bueno, mi amor, deja le hablo a tu tío Julio para decirle que faltaré a la reunión de los López hoy y...
-¡No! No, papá, tú ve a tu reunión, yo puedo quedarme aquí sola un rato.
-No, ¿cómo crees?
-Si, tú tranquilo. Yo aquí estoy bien, estoy en casa. Ya le dije a Adrián que me quedaría un buen rato y todo.
-¿Segura? –Diane asintió –Bueno, entonces me voy. No me tardo, cuidas la casa. –Temo le guiñó un ojo, se puso una chamarra y salió justo por donde, minutos antes, había entrado ella.
Diane esperó unos 10 minutos antes de agarrar su celular y marcar un número -Listo, papá. La casa es toda tuya. –una sonrisa cómplice apareció en su hermoso rostro.
Unos veinte minutos después, otro hombre de 67 años, con pelo rizado entrecano, llegó. –¡Mi hermosa niña Diane!
-Hola, pa. ¿Ya listo?
-Ya casi, mi vida. Sólo voy a necesitar un poco de tu ayuda.
-¡Si, claro, cuenta conmigo!
-¡Bien! Traje flores, velas, cosas para la cena, vino...
-¡Vaya! Se me había olvidado lo romáaanticos que son. –dijo su hija en tono de burla.
-Bueno, bueno, es que... sabes que adoro a tu padre.
-Lo sé, y no tienes que decirlo, tus ojos hablan por sí mismos. –la mujer le dijo, al tiempo que se volteaba para agarrar las flores.
Aris agarró todos los ingredientes y puso manos a la obra, mientras Diane decoraba.
Cuando ella acabó, le pidió que siguiera encargándose de la cena mientras él hacía el ya tradicional pastel de mil leches y chocolate auténtico de Oaxaca.
La cocina olía demasiado bien, todo estaba quedando perfecto; hasta su plan de distracción de Temo, en el que todos los hermanos López no dejaban ir a Temo, salió más que bien.