Capitulo 9

69 3 1
                                    

Salimos del local y una brisa helada nos dio la bienvenida a la calle. Instintivamente me refugio en el pecho de Blake buscando calor, él se pone un poco tenso al sentirme acostada en su pecho, pero luego se relaja. Si en ese momento hubiera estado totalmente sobria no tendría ese comportamiento con él, no hubiera dejado que me cargará y mucho menos recostar me como si nada en su pecho. Pero en ese momento no era totalmente consiente de mis actos y me sentía un poco ida, así que tengo mis excusas. Visualice el auto a unos metros y no dude en sacar la pregunta que surgió en mi cabeza.

— ¿vas a conducir ebrio? — le suelto.

— No estoy ebrio.

— Sé que no lo estas, se te nota — digo — pero has estado bebiendo, no deberías conducir — sugiero. Se detiene a mitad del camino para mirarme la cara.

— Yo no voy a conducir, lo hará Henry. Mi chófer — dice para seguir con la caminata.

— Hace cuánto está ahí — digo al darme cuenta que hay alguien en el asiento del conductor.

—Creo que acaba de llegar, porque no me ha llamado. — suelto un simple "Mmm".

El me deposita en el suelo con delicadeza y abre la puerta trasera para mí y al entrar la cierra. Pensé que se iría adelante pero para mí sorpresa dio la vuelta y entró a la parte trasera donde yo me encontraba.

El chófer pregunta mi dirección y nos dirigimos así allá. Empecé tiritar, a pesar de que estábamos en el auto sentía frío.

Blake tenía su mirada sobre mí y de un momento a otro posa su mano en mi Cintura y me atrae hacia él. Eso hizo que algo dentro de mí se removiera.

— todavía estas un poco mojada — dice. Lo miro a los ojos, mi lado pervertido no pudo evitar salir. Intenté resistir pero una estruendosa carcajada salió de mis labios.

— ¿Que sucede? — pregunta confundido.

— Nada— digo entre risas— estoy ebria tengo derecho a reírme. Blake solo esboza una sonrisa.

No sé en qué momento quede dormida, pero solo puedo decir que me sentía en el lugar más cómodo del mundo.

............

Me desperté algo aturdida por el ruido que había alrededor. Intente levantarme pero caí de bruces contra el suelo, no tenía la menor idea de donde estaba y muchos menos recordaba que aún seguía en los brazos de Blake. Me retorcí de dolor, había caído sobre mi brazo sano, sentía que la cabeza me palpitaba con fuerza y veía todo borroso, a pesar de mi mal estado pude reconocer el pasillo que conlleva a mi apartamento, todos estaban arrodillados a mí alrededor viendo la cara de estúpida que tenía en ese momento. Noah estaba a mi lado preguntándome si me encontraba bien y al otro lado estaba Blake pidiéndome disculpas por haberme dejado caer, mi vista recae en Zack que esta histérico gritándole al hombre que me sostenía hace unos segundos.

— ¿Quién eres tú? — Pregunta Zack — Pervertido — dice mi compañero de piso y sin dejarlo responder le encesta un buen puñetazo en toda la mandíbula, Blake se tambalea un poco, pero el golpe no logra derribarlo.

— Zack — digo casi susurrando — No lo toques, es un amigo no un extraño — reacciono demasiado lento para mi gusto. No sé qué me sucede es como si estuviera encerrada en mi propia cabeza y no pudiera controlar mis acciones.

— La drogaste imbécil — dice mi mejor amigo.

— Si por supuesto — responde Blake — la drogaría y la traería totalmente intacta a su casa — dice irónicamente.

Zack casi se le lanza encima pero Noah intervino justo a tiempo.

— No esta drogada Zack, no exageres, esta borracha.

— ¿Estas borracha? — cuestiona. Se cree más que estoy drogada que borracha.

Levanto mi mano y junto mi dedo índice con el pulgar — un poquito.

Noah intenta levantarme pero ella sola no puede conmigo.

— Ayúdame idiota — le dice a Zack.

— A mí ni me hables, yo a borrachas no cargo — Dice para entrar al apartamento.

— Hablas como mi madre — balbuceo.

Blake se ofrece ayudar a Noah y me llevan hasta mi habitación.

Después de eso no recuerdo nada más.

Al despertar tenía una resaca de los mil demonios y Zack seguía sin querer hablarme.

— ¿Qué le hice? — pregunto a Noah, quien se encuentra preparando el desayuno.

— No hiciste nada malo y mucho menos a Zack, sabes muy bien que a veces se le meten cosas a la cabeza y se vuelve loco. No te preocupes podrás preguntarle que le sucede ahora que venga a desayunar.

— No está — digo — lo escuche salir muy temprano.

Ella hace una cara de asombro, Zack no se caracteriza por ser madrugador o puntual, así que ese tipo de comportamiento es preocupante en él. Noah toma su muñeca y mira la hora en su pequeño y fino reloj que le regalo su padre al cumplir dieciocho.

— Son las 7 de la mañana, ¿a qué hora habrá salido?— Me encojo de hombros ante su pregunta, no tengo cabeza para pensar más en eso.

— Siento que no dormí nada y tengo más trabajo del que me gustaría hoy.

— Llegaste a las 3 de la mañana, nos pegaste el susto del siglo. Habías dicho que nos esperarías en la casa de la señora Fletcher y adivina como quedamos cuando te fuimos a buscar porque no contestabas nuestras llamadas y vimos salir a la señora de los gatos en pijama y preocupada porque tú no estabas en su casa, casi llamamos a la policía pero decidimos esperar a que llegaras, pensamos que te había sucedido algo malo.

— Es una larga historia — me levanto para salir de la cocina — Tengo que ir a trabajar — Digo rápidamente antes de que me sermonee.

— Alto ahí señorita — me frena Noah — ¿Quién era él? — cuestiona. Se a quien se refiere.

— Recuerdas del empresario con quien Jenna estaba teniendo problemas, pues era el — Noah me da una sonrisa pícara — Fue solo negocios, no es que me guste o algo por el estilo. Solo que ayer se me fueron las copas. — Digo algo nerviosa.

— Lo has dicho tú, no yo. Solo pregunte quien era, no si te gustaba — se ríe.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 02, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Casi me matasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora