-Twenty seven-

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░▒▓█ Dos gusanos, una manzana █▓▒░

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░▒▓█ Dos gusanos, una manzana █▓▒░

   El pelinegro miraba atento a la pantalla de la computadora enfrente él, inspeccionado que todo estuviera bajo control

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El pelinegro miraba atento a la pantalla de la computadora enfrente él, inspeccionado que todo estuviera bajo control... bebió agua para luego ponerse de pie, la puerta de su cuarto se abrió, miró por el rabillo del ojo de quien se trataba.

Alaska, quien entraba sonriente y triunfal corrió hasta Damian, había conseguido volver a su edad además de que... descubrió algo... que podría darle un chance para salir con Wendy.

-¿No deberías estar con Wendy? -Indagó sabiendo la repuesta.

-No tengo tiempo para hablar contigo. -La contraria se recargo en la mesa en que el de mirada pesada estaba. -¿Estás sorda? -Contuvo sus palabras hirientes en la punta de su lengua dispuesto a soltar el veneno contenido en ellas.

-Uy, tranquilo moreno, he venido a enseñarte algo... -Damian la ignoró, entre más atención le daba aseguraría que Alaska se quedaría más tiempo estorbando. -Algo que... te hará tener un contrincante digno. -Nada, el esmeralda ni se inmutaba, permanecía atento al aparato tecnológico. -Bien, si así lo quieres. -Chasqueo los dedos, una luz cegadora la envolvió, ésta vez Damian puso atención. -¡Cha, chan! -El esmeralda la vio o más bien lo vio, todo rastro femenino de las castaña desapareció, dejando un chico apuesto en su lugar. -Me pregunto... que dirá Wendy de esto... -Tan solo imaginar a la morena hizo latir a su corazón desembocado, lleno de emoción. -Sabes creo que debería cambiarme mi nombre.... ¡ya sé!, me llamaré Mío, me hará tan feliz escuchar a Wen llamarme así.

En cuanto a Damian no hizo más que ponerse de pie y examinarlo de pies a cabeza, era completamente un chico... entonces no habría problema en que le dé una cucharada de su propia medicina y callarlo de una buena vez.

-¿Y?, ¿qué te parece? -Pasó su mano por su cabellera. -Sabes que... mejor ni te pregunto... mejor le preguntaré a Wendy. -Rió al verlo enojado, era tan típico. -¿Qué?, ¿celos? -El Wayne se abalanzó contra él, sus ojos chispeantes de furia exigían reclamar lo que era suyo por derecho, deshacerse de cualquiera que quisiera entrometerse.

-Vulve hablar así de Wendy y yo juró que te haré gritar por ayuda. -Fue directo poniendo sus manos en el cuello de "Mío".

‐Ay no, me das pena mayitas. -Su rostro estaba tornándose azul y aún cuando su vida estaba en peligro era satisfactorio ver como Damian llegaba a enfadarse por algo tan insignificante... asimismo que parte de su forma de gato comenzaba a dominarlo. Territorio era territorio y Wendy lo era. -O más bien gato... -Golpeó la cabeza de Damian con una lámpara cercana pero ni eso conseguía que el pelinegro volviera en sí.

ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴛᴇ ᴍɪɴɪɴᴏ; ❝Damian Wayne❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora