Capitulo 6

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¿Qué había mal en mí? ¿Acaso no merecía ser feliz? ¿Por qué pasaban por mi mente pensamientos tan turbios?

Sentía una presión en mi pecho día a día. Después de todo lo vivido y los puñales que me clavaron a las que consideré mis amigas a base de traiciones, me sentía hundida, engañada y humillada.

Quería poder hablar con alguien, y confiar plenamente en esa persona. Y aunque sabía que tenía a gente, me ponía triste saber que no pudieran vivir en el mismo lugar que yo.

Mi familia sabía que no estaba bien allí. Me llevé tres meses sola en los recreos, bueno, en compañía de un buen libro. A veces los libros, son el mejor lugar donde puedes hallar la paz que necesitas. Te ayudan a impulsar algunos de tus miedos y sacarlos hacia el exterior, para poder superarlos.

Algunas veces la gente se acercaba a preguntarme que leía, y yo solo podía preguntarme por qué se acercaban si no querían estar conmigo. La que, en ocasiones, se acercaba era una de las personas que intentó hacerme la vida imposible.

Claramente, ya yo no me callaba. Y a veces daba malas contestaciones, es lo que pasa cuando una persona llega a su límite. No digo que eso justificase mi comportamiento, pero no era una persona que olvidara fácilmente. Podía perdonar, pero olvidar jamás.

La bondad es una virtud que pocas personas tienen. Y cuándo te destrozan tanto la confianza que depositaste en mostrarte tal cual eres con los demás, se va.

Quería sanar mi alma, y hacer lo que me gustaba sin tener que complacer a nadie más.

Si tanto se preocupaban por mí, podrían haberme ayudado. Pero nadie lo hizo.

Nadie se preocupó, realmente. Y si se preocuparon nunca me lo hicieron saber...

Ese año fue un año de grandes desafíos para mí, llegue a empezar a cantar en público delante de mis compañeros y eso me hizo romper mis barreras de inseguridad de una vez por todas.

Me daba igual como cantase, debía hacerlo para demostrarme algo a mí, misma. Yo en sí ya era consciente de que tenía potencial, y quería entrenar mi voz.

La pasión por la música fue una de mis mayores salvaciones. La música es la razón por la que cada día me levanto sonriendo, pensando que todo esto al fin y al cabo merezca la pena de vivirlo.

Los meses pasaron, y yo casi siempre estaba sola. Me acostumbré a la soledad, no sé, cómo, pero lo hice...

Leer era mi mayor refugio, me reía, lloraba, me hacía sentir completamente feliz.

Y entonces, fue cuándo mi mente se iluminó. Decidí que, si tanto amaba las historias, yo podría animarme a hacer alguna. Hacía tiempo conocía la plataforma de Wattpad. Un lugar donde se leían historias de forma gratuita, y tú mismo podrías publicarlas.

Decidí crear mis propias historias, empecé con historias sobre películas y series denominadas Fanfics y luego con historias cortas que no me convencieron y las eliminé. Intentaba buscar mi lugar en la escritura y me costó bastante encontrar mi camino. Pero lo logré con el paso del tiempo, aun así, me arrepiento mucho de haber borrado mis otras historias que escribí... tenían potencial.

Con el paso del tiempo, hablaba con la gente. Pero, ya no me interesaba que les cayera bien o mal, solo pasaba el rato porque quería estudiar y dar lo mejor de mí por y para mí.

Hice todo lo que pude. Sonreí y me divertí como nunca cuándo encontré a una persona que realmente me entendía, y me hizo los últimos meses en ese lugar agradables.

Una persona a la que siempre estaré eternamente agradecida, por acercarse a mí y darme un lugar donde sentirme yo misma.

Desgraciadamente, cuándo me cambié de instituto perdimos contacto.

Lluvia De Cristal © ✔ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora