Capítulo 2.3
—¿Estas bien? —preguntó Taeyong entrando en la habitación... Ten retrocedió inmediatamente—. ¿Por qué siempre te alejas de mi?
Hubo silencio en la habitación. Ambos matenian distancia. Chittaphon intentó sonreír, pero fallo y unas lágrimas cayeron por sus pálidas mejillas.
—Me das miedo —contestó el menor temblando abrazando su mano vendada—, me las-timaste y...
Sus palabras se apagaron cuando el coreano se acerco y lo miró a los ojos. Aun detrás de toda esa ira y odio, el tailandés notó tristeza y angustia en la mirada del asesino... Se quedaron mirándose un tiempo.
En la mente de Ten todo funciona demasiado rápido, al no poder sostener la mirada de Taeyong bajo la mirada a los preciosos labios de su secuestrador... su corazón latía fuertemente, desde que Chittaphon había llegado a ese lugar nunca beso esos labios por voluntad propia.
—¿Puedo be-sarte? —preguntó el coreano.
—¿Alguna vez pediste permiso?
Y el menor jaló de la camisa del otro y unió sus labios en el primer beso que ambos deseaban. El tailandés había besado al contrario muchas veces, sin embargo este era diferente... muy diferente.
Se separaron y se miraron por otro momento antes de volver a unirse en un tierno beso.
Cuando se separaron, el asesino se encontraba llorando. Se abrazaron.
—Lo siento Ten —habló el mayor—, lo siento tanto.
—Te perdono...