—¿L-lo dices enserio? —Taeyong estaba sorprendido, no esperaba que aceptara tan rápido.
—Claro que es enserio —dijo Ten riendo—, pero quiero tener libertad allá.
—Solo si me prometes que regresaras a mi.
—Lo prometo.
Y después de eso el coreano empezó a planearlo todo incluyendo a Chittaphon, estaba más emocionado que nunca. Desde que era joven amo al tailandés, incluso si no lo demostraba de la manera correcta, se sentía libre, se sentía mucho mejor con el otro a su lado.
—¿Cuando nos vamos? —preguntó el menor sonriendo—, mientras más pronto mejor, la verdad no quiero estar en el mismo país que mi padre, aunque suene muy extremo.
—Lo más pronto posible... mañana de mañana.
En ese momento Ten pareció caer en cuenta de algo...
—¿Puedo despedirme de Johnny? Por favor.
—Vamos ahora, pero rápido.
El coreano no se sentía capaz de rechazarle algo a Chittaphon en ese momento, sentía que sería capaz de bajarle la luna. Salieron y subieron al auto rápidamente, se pusieron en camino a la casa de Johnny, el tailandés iba dándole indicaciones al secuestrador.
—Tienes 15 minutos —dijo seriamente Taeyong.
El menor se bajo y corrió dentro de la casa, estaba sin seguro como siempre. Entro y vio a su amigo sentado en el sofá, con un vendaje en el brazo, cuando vio a su amigo se le ilumino la mirada.
—¡Ten!
El estadounidense se puso de pie y abrazó a su amigo ignorando el dolor que le ocasionaba en el hombro. Puede que ambos soltaran algunas lágrimas.
—No tengo tiempo para explicar nada —dijo Chittaphon—, me iré a China, con Taeyong. Mi madre despertó y el estúpido de mi padre regresó. Te escribiré, siempre respondeme los mensajes y llamadas. Promete que no le dirás a la policía.
—Lo prometo, no diré nada siempre y cuando sigas en contacto conmigo.
Se dieron un ultimo abrazo y el menor salio corriendo de la casa, se metió al carro y este arrancó. El tailandés levantó la vista y sonrió a Taeyong.
—Vamonos a China.
¿Quieren el final fatal o el final feliz?