Levi Anderson, un joven pianista con un gran futuro asegurado.
Decide aplicar para una beca para el ENS, una de las mejores escuelas de música de Alaska.
El único problema es que Alaska pertenece al territorio de los vampiros, por lo que, si desea a...
Levi entró a la habitación, cerró la puerta, pero sólo se quedó viendo a la cama sin verdadera intención de usarla.
Había estado agotado cuando regresaba a su departamento, sin embargo, ahora mismo lo último que quería hacer era dormir.
Sentía tanta tristeza, jamás habría imaginado que solamente le habrían permitido entrar a Alaska para que se convirtiera en un 'MUV'. Debió imaginarlo, ¿por qué otro motivo le dejarían entrar si no?.
Sentía los muslos de sus piernas tensos y estaba seguro su cuerpo necesitaba descansar.
Aunque sea sentarse unos minutos.
Pero él no se veía capaz de hacerlo.
Se quedó parado unos treinta minutos, sólo viendo la cama, pero sin acercarse a ésta.
La habitación era exactamente la misma.
Dirigió su mirada a la puerta de baño, no necesitaba ser un genio para saber que, seguramente estaría cerrada. Debido a las 3 ventanas que había en aquel baño. Y sino lo estaba, entonces las ventanas estarían bloqueadas.
Y para su tristeza recordó que cuando había enfermado había paseado por la casa y ahí descubrió que las ventanas tenían demasiados seguros.
Levi estaba aún en shock. Simplemente veía a su alrededor y recordaba todo lo que había vivido en Alaska.
No faltaba mucho para que terminara explotando.
Y pasó.
Había permanecido en ese estado durante 40 minutos más antes de finalmente reaccionar.
Abrió en grande sus ojos mientras sollozos salían de él.
Sentía sus piernas temblorosas, señal de que estaban a punto de ceder pero no se sentía capaz de llegar a la cama por sí solo.
Dejó que las lágrimas ganaran la batalla, inundando su rostro.
Pronto sintió sus rodillas colapsar, iba a terminar en el suelo.
Y él no hizo nada para evitarlo. Sólo cerró sus ojos.
Un segundo, dos segundos, abrió los ojos al no sentir el frío y duro piso.
Solo cuando lo hizo se dió cuenta que ya no estaba solo en la habitación.
Erwin y Matthew estaban ahí.
El primero lo había sostenido para evitar que callera.
Solo entonces Levi dejó salir el aire de su boca.
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Erwin y Matthew estaban frustrados. Habían esperado que su bebé reaccionara mejor.
Jamás esperaron esa reacción de él.
Hace apenas unas horas estaban tan felices con su pequeño a su lado.
Es decir, él se dejó cuidar por ellos y aquello se sintió muy bien.
