Una tarea ¿sencilla?

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Con un poco más de apoyo por parte de sus amigas, Lena asiste al curso semanal y en ese preciso momento se encuentra sentada en uno de los lugares al frente de la clase tomando nota de todo lo que dice Alex mientras su mente comienza a trabajar en poner en acción los tips y consejos.

—…Su futura pareja está allá, afuera — comenta Alex caminando entre las filas observando a sus alumnas — y de ustedes depende encontrarla — les señala tratando de motivar a sus alumnas.

—Alex, no hay nada… No hay nada — replica Lena con un poco de exasperación.

—¿No será, Lena, que has estado muy ocupada stalkeando a tu ex que ni siquiera has salido de casa? — Ataca Alex de manera un tanto filosa a lo cual Lena no puede evitar encogerse un poco en su asiento completamente avergonzada por la aseveración.

—Alex, yo no stalkeo — se defiende Lena con mucha molestia en su voz mientras dibuja patrones descuidados entre puntos y líneas en la hoja — además, hace tiempo que me bloqueó de sus redes sociales… — admite entre dientes consiguiendo un par de risas de sus compañeras.

—Sí, ya nos quedó claro, gracias Lena — le interrumpe Alex con una expresión arrogante en su rostro caminando de regreso al frente — si de verdad quieren conocer a alguien, deben salir de sus zonas de confort… romper con sus rutinas, se acabaron las cenas con chaperón, las cenas con Netflix — la expresión de Sophie es de derrota total — el sexo en línea — le dedica una mirada acusadora especial a Imra, quien intenta replicar.

—Pero eso te lo dije en privado — murmura entre dientes visiblemente ofendida.

—Si quieres privacidad, ve a confesarte con un sacerdote, querida — se defiende la rubia y dura mujer mientras en el rostro de Imra se lee el shock total con su boca abierta — dejen las clases de pilates y yoga y vayan a otras donde pueden conocer a más personas — sugiere — o especialmente mujeres según sea el caso — su mirada azul se dirige especialmente a Sophie pasando de largo a Lena mientras camina por el pasillo de esa fila.

—¿Lo dice por mí? — Pregunta entre dientes ofendida la joven mencionada observando hacia Lucy, quien asiente apoyando la moción de la dura profesora.

—Inscríbanse a un gimnasio — continua Alex con sus sugerencias — salgan, afuera hay un mundo de posibilidades — alienta regresando al frente y se gira hacia sus alumnas.

—Pero — levanta la mano Quinn — para eso está el internet, ¿no? Para no salir — intenta señalar lo obvio.

—Y mira qué lejos las ha llevado eso — señala Alex — no les digo que dejen las redes sociales, sino que utilicen todos los recursos posibles para que las oportunidades sean mayores — intenta hacerles ver su punto consiguiendo un murmullo por parte de Quinn, quien ahora ve a qué se refiere — para la próxima clase, su tarea será conseguir una cita — les anuncia señalando hacia ellas con su dedo índice consiguiendo gruñidos de molestia.

—Eso es en una semana — objeta Lucy.

—Para eso me metí al maldito curso — gruñe Imra.

Y a pesar de que es una tarea que no quieren hacer, las alumnas se muestran resignadas a intentarlo, aunque algunas deban hacer trampa para cumplir con esa tarea.

***

Y con una mentalidad abierta, Lena acepta que la tarea no es sencilla, pero el intentar es mejor que no hacer nada y aceptar su destino que podría ser el de la tía solterona de la familia, sexy, pero solterona al fin y al cabo; por lo que, a primera hora de la mañana enfundada en su ropa deportiva, se encuentra estrenando su membresía en el gimnasio cercano a un par de cuadras de su edificio buscando sus “oportunidades”, en la dura tarea de hacer algunas abdominales.

Marry meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora