Eso sí que se puede poner como cereza del pastel, tanto apuro para que sus dos reuniones se cancelen dejándola con la tarde libre así que decide dar por terminado su día laboral y se dirige hacia su departamento para pensar en lo que hará y no hay nada mejor que una buena copa de vino, quizá algo de whisky para hacerlo.
El recibidor de su edificio está lleno de vida con el entrar y salir de empleados de mudanza que van de aquí para allá llevando y trayendo cajas que supone pertenecen a su nueva vecina que parece no tener reparo en gastos pues son bastantes empleados y pertenencias.
Esquivando ser golpeada por algunos empleados, que se disculpan, se encamina hacia el ascensor que está por cerrar sus puertas cuando una mano morena detiene el proceso y aborda una joven morena de cabellos castaños con un par de los ojos más azules que recuerda haber visto, la chica le sonríe de manera amistosa mientras lleva consigo un par de cajas que parece lo bastante pesadas como para marcar los músculos en sus brazos mostrando su tensión en los bíceps, hecho que Lena intenta ignorar por respeto y temor a que la muchacha piense que es una acosadora.
—¿Te importaría echarme una mano? — Señala hacia el tablero de botones.
—Claro, ¿a qué piso? — Pregunta Lena esperando presionar el botón indicado.
—Veintisiete — responde — gracias — añade.
—Korr… — Grita a lo lejos una dulce voz aproximándose a paso apresurado intentando entrar en el ascensor, aunque con la cantidad de cajas que carga y que le bloquean la visión, le será imposible llegar a tiempo.
—Lo siento, Kar… — La frase queda a medias pues las puertas del ascensor se cierran justo en el momento en que la amiga, o lo que sea de esta chica, pretende dar el paso final.
Lena le escucha maldecir, pero finge no haber escuchado y mientras el ascensor sube piso por piso encerrándolas en un silencio un tanto incómodo porque Lena no es una experta en relacionarse tan fácilmente con las personas a menos que se trate de temas relacionados con ciencia o negocios pues es ahí que pierde sus inhibiciones.
—¿Día de mudanza? — Intenta iniciar la conversación Lena.
—A penas llegando y directo a instalarme — responde la extraña — soy Korra Bauer —se presenta la extraña.
—Sí, es molesto, soy Lena — sin detenerse a pensar extiendo la mano.
—Te daría la mano, pero me parece que las tengo un poco ocupadas — se inclina para colocarlas en el suelo revelando a una joven más o menos de su edad, su piel morena, extrañamente, resalta el color azul de sus ojos que brillan como un par de brillantes zafiros enmarcados por una corta melena castaña y una amplia sonrisa un tanto ladina pero con tintes infantiles y francos — ahora así está mejor — le toma la mano correspondiendo el saludo mientras que con su brazo libre lo pasa por su frente secando unas gotas de sudor provocadas por el esfuerzo y en ese instante, Lena se percata de la esbelta y musculosa constitución de la joven que asemeja al cuerpo de una combatiente de artes marciales mixtas, un dato curioso que no tiene la menor idea de cómo sabe, pero no privará a su mirada de ver los poderosos brazos que sobresale de su camisa cuyas mangas parecen haber sido arrancadas a tirones por los girones que presenta la ropa.
—¿Y de dónde te mudas? — Prosigue Lena intentando distraer su mente de estar divagando en fantasías con la luchadora, digo, con su nueva vecina.
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Marry me
FanficPara Lena Luthor, ponerse un anillo en el dedo anular y planear una boda ha sido un sueño secreto que ha tenido desde que era una niña a pesar de que considera algo absurdas las directrices sociales que dictan que una mujer debe estar casada antes d...