Status: Cita fallida

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Los días pasan con mucha rapidez y cuando menos se lo espera, Lena se encuentra un poco alterada sentada esperando su cita sintiendo que sus nervios se transmiten a sus palmas sudorosas que intenta limpiar en la tela de sus jeans; esa noche ha optado por un look un tanto casual y relajado, aunque relajada no es la palabra adecuada para describirse a sí misma.

Se siente como si fuera adolescente otra vez y no puede evitar sentirse insegura pues conocer personas e iniciar conversaciones que deberían guiar hacia temas triviales no es una característica fuerte; sí, podría tomar su postura de mujer de negocios, pero no cree que Korra esté interesada en asuntos de trabajo porque claramente se nota que la morena es una persona relajada sin mucho interés en negocios o ciencia, que es una de sus pasiones.

Quizá podrían tener alguna otra cosa en común como el gusto por la lectura, tal vez solo tal vez podría tener una pequeña conexión.

El sonido del timbre atrae su atención y tan rápida como una bala, se levanta y antes de abrir la puerta, comprueba el aspecto de su cabello, reacomoda su sencilla blusa morada de mangas largas y dando un suspiro abre colocando una enorme sonrisa intentando mostrarse afable y calmada.

—Hola — sonríe ampliamente la pelinegra al ver a Korra frente a ella llevando una pequeña caja de chocolates vistiendo un par de jeans rasgados en la altura de una de sus rodillas junto a una camisa tipo polo de cuello en color azul oscuro y una chaqueta de cuero café, sin saber cómo saludarle Lena estira la mano para darle un apretón volviendo el pequeño gesto algo incómodo.

—Hola, Lena — la morena devuelve la sonrisa amistosa después de un par de minutos — ¿estás lista para irnos? — Pregunta y recuerda la caja de chocolates — Te traje un pequeño obsequio, no sabía si te gustan o no los dulces, pero el chocolate parece gustarle a la mayoría de las personas así que...

—Gracias — Lena toma la caja y observa el pequeño, pero elegante empaque de chocolates rellenos.

El gesto le parece un poco dulce, aunque no es muy fan de las golosinas supone que serán un buen postre para otra ocasión así que colocando la cajita sobre la mesita de noche cercana a la puerta y tomando un suéter ligero antes de salir comprobando llevar lo necesario en su bolso de mano, cierra la puerta y ambas se dirigen hacia el elevador.

Korra hace uso de sus modales deteniendo la puerta para que no se cierre dejándole ingresar primero y presionando el piso del lobby, Lena no puede evitar dedicarle una mirada de soslayo a su acompañante, quien se entretiene leyendo algo en la pantalla de su celular y sonríe al leer un mensaje; claramente se nota en su lenguaje corporal que no tiene ningún tipo de interés romántico hacia ella, quizá está más ilusionada con esto de lo que imagina porque ignora la pequeña vocecita de su pensamiento lógico que le indica cortar todo antes de que termine humillada o con las ilusiones rotas.

Una vez que llegan al lobby se encaminan hacia la acera donde el auto de Korra espera estacionado, un imponente Jeep Wrangler todo terreno en color negro de dos puertas resalta entre los demás autos lujosos y Lena puede percibir que a la morena le gusta la potencia en cuanto a vehículos se refiere.

Korra se adelanta unos pasos y le abre la puerta del copiloto ayudándole a entrar, es un poco alto para el gusto de la pelinegra que prefiere más la comodidad y el lujo que la potencia por lo que está feliz con su Volvo gris, bueno solo cuando quiere sentarse tras el volante.

Después de encender el auto, la morena conduce cerca de media hora hasta llegar a una galería con una exposición abierta al público, la elección del lugar causa curiosidad en Lena pues no ha pensado en Korra como una amante del arte en cualquiera de sus expresiones, quizá esconda un ser culto después de todo.

Marry meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora