El efecto de somnífero que la leche había provocado, quedó sofocado por el sonido de la línea cortada al otro lado del teléfono. En muchas ocasiones había escuchado que las personas antes morir muestran una mejoría inexplicable, que se les da tiempo para despedirse de sus seres queridos y cuando finalmente alcanza la paz… mueren.
La oportunidad de mi padre había quedado frustrada por su ambición y la de su esposa, ahora nos correspondía decidir si acortábamos o alargábamos el final de su travesía. Mamá probablemente no me había dicho acerca del asunto de mi padre porque la segó la rabia y el miedo al verme con Ron, sin embargo en estas circunstancias me sentía tan culpable que no podía enojarme con ella.
Tal vez pude evitar todo esto, si tan sólo hubiera aceptado desposar a Eathan. Papá estaría consiente, la empresa estaría creciendo, yo viviría encerrada y sin una carrera profesional; pero me conformaría con saber que mi familia estaba completa. El dolor en mi pecho aumentaba, al igual que la falta de aire, sin embargo las lágrimas no se presentaban. El sentimiento que esta noticia me provocaba era desgarrador; las emociones se revolvían creando un completo vacío, la impotencia, el miedo, la angustia. Se arremolinaban, se confundían, se dispersaban y desaparecían, dejándome completamente deshabita.
Aun sostenía el teléfono, no tenía el valor para colgarlo; la leve esperanza que acumulé de que volvieran a llamar se disipaba con los tic-tacs del reloj.
En toda la noche no pude dormir, cerca de las dos de la madrugada, me rendí y solté el teléfono, podía ser común y normal para las personas hacer algo tan simple como eso, pero en el momento que me desprendí del teléfono, se sentía como si también lo hiciera de mi padre. Aun no sabía la postura de mi madre con respecto a la situación de papá, y si pretendía tomarme en cuenta para decidir qué pasaría con él. Miles de planes venían a mi mente, y les aseguro que en todos lo primero que hacía era dejar la escuela y trabajar de cualquier cosa con tal de ayudar a mi padre, a que se recuperara y por fin pusiera las cosas en su lugar, tanto en la compañía como en nuestra familia. Entre divagaciones y pensamientos tanto positivos como negativos, la alarma de mi móvil me indicó que era tiempo de enfrentar de nuevo la realidad y abandonar el mundo de fantasía que creaba cada vez que algo malo como esto sucedía.
Con pesadez, entre a la ducha, el agua se sentía helada, no me molesté en preocuparme de pescar un resfriado, no podía dejar de pensar en mi padre.
La lluvia cedió casi a las cuatro, hoy no sería un buen día para la ropa blanca, de seguro habría agua estancada de camino a la escuela, la temperatura era fría, incluso más que ayer por la noche. No sabía si realmente se sentía así o es que mi estado de ánimo tenía que ver con aquello. Agradecía que el ciclo escolar diera inicio a mitad de semana, así sólo soportaría, este día, antes de poder estar con papá las siguientes cuarenta y ocho horas, todo el tiempo que fuera posible estaría con él, hasta que mi madre tomara una decisión. La ducha no me tomó más de diez minutos y al salir, la primera ropa abrigadora que encontré dentro de mi armario, fue la que me coloqué. Indiscutiblemente, necesitaría maquillaje, ya iban dos noches si un buen descanso y si quería que todo se mantuviera igual seguiría aparentando. Lui seguramente notaria mi desánimo y la hinchazón de mis ojos, podría excusarme diciendo que me dolió que me hayan dejado plantada, así al mismo tiempo les reclamaba sutilmente lo de la noche anterior. Ahora no tenía ni las ganas ni las fuerzas para hacer que me consolara. El vacío que mi padre estaba creando en mi interior no podía llenarlo ni siquiera mi amigo Lui.Esa mañana el ambiente había cambiado por completo en la casa Stone, a pesar que perdí tiempo en el maquillaje, que no hizo más que darme un aspecto intimidante, mi madre no se acercó a mi habitación para apresurarme o decirme que no me quedaría tiempo suficiente para desayunar. En su habitación reinaba el silencio, y la cochera estaba vacía, mi sorpresa recaía en que no escuche el momento de su salida. Supuse que continuaba enojada por nuestra discusión la noche anterior, y que prefería ignorarme hasta que aceptara la idea de que casarme con Eathan era la única solución. En este momento estaba considerando la posibilidad de darle a Eathan lo que quería, y deshacerme de él de una vez por todas, como había dicho Lui no tardaría más de dos meses en aburrirse después de la primera noche conmigo. La idea me intimidaba un poco, pero a fin de cuentas si no era él sería cualquier otra persona. La situación cambiaria porque escogería con quien estar y no estaría forzada como ahora.
En la cocina el desayuno ya estaba servido y sobre mi plato había una nota, ya se le estaba haciendo costumbre a mi madre el dejar notas; no me extrañaba, porque cada vez que veía algo así, o no quería hablarme directamente o había sucedido una emergencia. Sin mucho ánimo tome el desayuno y abrí la nota, pero no había más que dinero y un “Fui a cuidar a tu abuela, regresa temprano a casa tenemos que hablar”. Mamá seguro me informaría de la situación de mi padre, lo que me intrigaba era saber su decisión. Deje el desayuno a medias, ya que cuando pasaba desveladas mi cuerpo no toleraba mucho alimento por las mañanas. Deposite lo sobrante un recipiente y lo guardé en la nevera, quedaba una sola galleta de las que eran especiales para mí, la tomé y al mismo tiempo asigne en mi teléfono un recordatorio para comprar la harina de regreso a casa y hacer unas galletas, con mi receta, cuando mamá no veía le agregaba pequeñas porciones de chocolate o relleno de vainilla, pretendía que con esa idea en mente mi estado de ánimo se alegrara un poco pero no funcionó muy bien.
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Love Is Enough
Genç KurguKiara, esta atrapada en el peor de los clichés conocidos. Un chico modelo aprobado por sus padres y un chico peligroso al que le vale el dia a dia. ¿Con quien de los te quedarás?; el cabrón de Aaron o el romántico Eathan. Descubre los oscuros secret...