Capítulo 5. She-Ra.

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Los jóvenes habían pasado las últimas horas intentando arreglar el desastre causado por la batalla; se dirigieron hacia los poblados cercanos a Bright Moon para verificar que los ataques no hubieran llegado hasta ellos, por suerte los aldeanos sólo estaban confundidos por los ruidos y movimientos sísmicos que se habían llevado a cabo la noche anterior.

Adora se encontraba ahí, reconfortándolos y haciéndolos sentir a salvo con una sonrisa que apenas podía mantener. Catra podía mirar a través de los ojos de su esposa, estaba preocupada, triste y confundida, al igual que ella; la mirada bicolor de la morena fue inmediatamente captada por Adora que le correspondió con una sonrisa agotada y se dirigió hasta ella.

― Creí que los problemas se habían acabado hace tres años ―dijo, recargándose sobre un árbol que daba sombra a la felina y su compañero.

― Nunca se acaban ―respondió la otra―, siempre aparecen nuevos.

Glimmer y Bow ya había hecho unos cuantos amigos en la aldea con los que reían a carcajadas mientras comían golosinas; la joven dirigió su atención hacia sus amigas que se encontraban apartadas de todos y se acercó a ambas con una mirada cálida, Adora la correspondió con una sonrisa, pero Catra mantuvo el ceño fruncido y los brazos cruzados, probablemente para defenderse de algún sermón o patada emocional.

― Es un alivio que todos estén bien ―soltó, mirando a los aldeanos que sonreían apacibles junto a sus protectores y recargándose junto a Adora quien asintió con una sonrisa fingida, captando la mirada de la chica―, la encontraremos, lo sabes ¿verdad?

Adora sintió un golpe en el pecho, miró a Glimmer con el entrecejo fruncido mientras ésta le sonreía afectuosamente.

― ¿A quién le importa? ―interrumpió Catra sin dirigirles la mirada―, después de todo, era lo que queríamos, ¿no? ―su abrazo a sí misma se hizo más fuerte, incrustando sus garras en sus brazos―, deshacernos de ella.

― Catra... ―la rubia fijó la vista en su compañera.

― ¿Por qué las caras largas? Deberían ser más optimistas ―interrumpió Micah quien se acercó a las jóvenes―, siempre han logrado salvar a los demás, esta vez no será diferente ¿de acuerdo?

Adora lo eludió con la mirada, su sola presencia la confundía, lo veía como un gran rey y sabía que era una buena persona, pero la exasperaba que no escuchara, al menos no en ese tema y diera por hecho una decisión que no le correspondía.

― ¿Cómo se supone que estemos tranquilas? ―preguntó molesta―, si hubiéramos realizado el hechizo nada de esto habría pasado ―señaló a su alrededor y ensartó su mirada desafiante en el hombre―, y ahora, gracias a usted, una completa desconocida tiene toda la magia necesaria para destruir Etheria. Esa mujer... ―miró al suelo derrotada―, esa mujer la tiene a ella...

Un silencio incomodo penetró el ambiente, los canosos cabellos del hombre se movían con el viento mientras miraba a Adora intentando guardar la compostura.

― ¿Estás molesta conmigo ―enunció―, o contigo misma por no haber podido protegerla?

El golpe había dado justo en un nervio, Adora lo miró consternada; de alguna forma tenía razón y la joven lo sabía, esa niña confiaba en ella más que en cualquier otra persona, pero ni siquiera She-Ra pudo salvarla, la rubia se sentía derrotada, exasperada y molesta; desvió la mirada derrotada y se alejó a paso apresurado de vuelta a Bright Moon seguida por Catra y Melog.

Glimmer miró a su padre con desaprobación.

― ¿Qué? ―preguntó el otro.

― ¿En serio tenías que decirlo? ―replicó―, Adora no se ha transformado en She-Ra desde anoche, ¿no te parece eso ya bastante desmotivador?

A Beautiful Life || Catradora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora