Capítulo 11. Catra.

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꧁Cuando llegues al final aclararás todas tus dudas, por ahora sólo lee y disfruta꧂

En Etheria recién comenzaba la guerra entre hordianos y rebeldes, Lord Hordak no tenía mucho de haber arribado al planeta, comenzando con su ambicioso imperio. En ese entonces los reyes de todo Etheria se habían unido en una alianza a la que llamaron "La Rebelión", encabezados por el Rey Micah y la Reina Angella de Bright Moon, por desgracia se trataba sólo de un grupo de jóvenes que habían decidido tomar las riendas del asunto para poner a sus pueblos a salvo del tirano dictador, su inexperiencia los obligó a perder incontables batallas, pero aun confiando en la magia de sus piedras rúnicas luchaban para proteger a sus familias.

Hordak, por su parte, se había hecho de varios aliados a base de amenazas y el terror que infundía en ellos; Fright Zone fue el primer territorio que logró dominar quitándole completamente el poder a sus habitantes natales: los scorpioni, quienes no sólo habían perdido su reino, sino también a sus gobernantes.

Las reinas de Fright Zone habían muerto en la batalla en que intentaron defender a su pueblo, dejando huérfana a su única hija, la princesa Scorpia, quien poco después quedaría al cuidado de los sobrevivientes que terminaron cediendo su imperio a Hordak para mantenerse con vida. Aquellos que se unían a su lucha contra Bright Moon no sólo conservaban su hogar, sino también sus vidas y las de sus familias. Fue así como se formó "La Horda", el ejército que Hordak pronto pondría a marchar incontables veces contra Bright Moon y sus aliados.


El atardecer apenas se alzaba sobre el cielo de Fright Zone, la temperatura comenzaba a descender, los cadetes habían terminado ya con sus rutinas diarias para poder tomar un descanso bien merecido. Dos chicas que sobrepasaban ligeramente los veinte años de edad se encontraban descansando de un arduo entrenamiento, habían terminado con éxito su tarea más importante y festejaban entre risas y empujones leves.

A ellas se acercó una mujer de apariencia robusta e intimidante, su cabellera platinada caía desarregladamente sobre sus fornidos hombros, separó abruptamente a las jóvenes, cortando su momento y tomando a la mayor por el cuello de la ropa; la chica tenía la piel morena, llevaba su cabello grueso, negro y ondulado atado en una coleta alta que caía hasta su espalda baja y sus indomables ojos color magenta la miraban desafiante.

― ¿Te parece divertido, niña tonta? ―cuestionó amargamente la mujer de cabellera plateada.

La chica la miró confundida, se zafó del agarre de la más alta y se aproximó hasta ella sin titubear.

― ¿De qué estás hablando ahora, Dee? ―preguntó con una sonrisa burlona―, ¿volvieron a robarse tu almuerzo?

Dee era la cadete de mayor edad dentro de su escuadrón y por ende aquella que tenía más experiencia en batallas en el exterior, no sobrepasaba los veinticinco años, pero su rostro demacrado la hacía lucir mucho mayor de lo que era; indignada intentó lanzarse sobre ella en un gruñido, siendo detenida por la amiga de la joven de cabellera oscura.

Se trataba de una chica de estatura menor y un cuerpo que lucía tan frágil como si fuera a quebrarse en un solo movimiento, llevaba su cabello castaño atado en una trenza que dejaba caer descuidadamente sobre su hombro izquierdo y escondía sus orejas felinas hacia atrás, intimidada por la presencia de Dee, quien se había detenido en seco mirando con irritación a quien entorpecía su camino.

― ¿Puedes decirnos por qué estás tan molesta? ―preguntó dulcemente la castaña mientras la observaba con sus ojos felinos.

Dee bufó enfadada y sacó un pedazo de papel de su bolsillo, mostrándoselo a las dos chicas frente a ella; en éste se leía «¡Cara de sapo!» con tinta roja y letra descuidada, al parecer alguien había colocado esa nota en el casillero de la mayor.

A Beautiful Life || Catradora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora