We'll Meet Again (Chat Blanc p.3)

Capítulo 25

En el gran salón se llevaba la fiesta, todos bailaban a mi alrededor mientras yo buscaba desesperado a aquella chica azabache.

Chloe detuvo mi búsqueda al ponerse frente a mí.

-Adrien hasta que te veo- me dijo con alegría, me miró con atención - ¿Todo bien?

-Si, solo busco a Marinette - dije rápidamente sin detener mi búsqueda en el salón- ¿la haz visto?

-No, tampoco la encuentro.

-Esta bien, la buscaré- antes de que pudiera hablar me aleje de ella, dispuesto a buscar en cada habitación si era necesario.

No pudo haberse marchado ya ¿O si?

En cuestión de minutos ya había buscado por toda la casa a estas alturas, lo cual es sorprendente considerando que es enorme. Solo me quedaba la planta alta que estaba sumergida en una inmensamente penumbra.

Al pasar el último escalón escuché una melodía emerger de mi habitación, era lenta y calmada, la puerta estaba abierta pero no había ninguna luz.

Al entrar ahí la vi, Marinette estaba sentada frente al piano dándome la espalda y totalmente concentrada así que no se dio cuenta de mi entrada.
Las grandes ventanas estaban totalmente abiertas así que iluminaban el salón con el brillo de la luna.

Su vestido color rosa, el cual caía a los lados del banco, se había vuelto un poco más opaco con esta luz.

Me quedé de pie atrás de ella por más tiempo del necesario, era ridículo lo nervioso que me sentía en este momento. Solamente tenía que ser sincero con ella y decirle mi nuevo descubrimiento.

¿Pero cuáles serían las palabras correctas?

Marinette, me equivoqué. Yo también siento algo por ti.
Justo se acaba de terminar mi relación con Kagami por este descubrimiento así que ahora puedo pedirte que seas mi novia.

¿Qué estoy diciendo?
¡Para nada es lo que debo hacer!
¡Cualquier otra forma sería mejor!

-Hola Adrien- su voz me saco de sus pensamientos, se había girado a verme con una sonrisa. Su mirada azul estaba triste pero aun así intentaba aparentarlo - perdona por haber entrado a tu habitación así, solo necesitaba alejarme de todo ese bullicio.

Me reí con nerviosismo al mismo tiempo que mis manos se colocaron atrás de mi espalda. No sabía ni como iniciar una conversación, que humillante.

-¿Todo está en orden? - se puso de pie y se cruzó de manos mirándome con extrañeza.

-Claro- dije en voz baja mirando al piso en una desesperada búsqueda por respuestas- ¿Por qué te querías alejar de todos?

-Para pensar- dijo entre suspiros mientras miraba la ventana- tomar decisiones ¿Creó?

-Quiero hablar contigo- solté al fin.

-De hecho yo también necesito hablar contigo.

-Tú primero- le ofrecí con amabilidad, ella soltó una pequeña risa y tomo el mechón rizado que se le había colgado en la mejilla.

-Necesito tu consejo- se sentó en el banco de nuevo con aparente calma y cerró sus ojos para después agregar con velocidad- me ofrecieron una beca en Londres.

Yo la mire con sorpresa ante su expectante mirada, al mismo tiempo que analizaba por qué todo parece estar en mi contra.
Al fin descubría que lo que sentía por ella era real y ella se irá.

¿Enserio?

No pude evitar hacer una mueca de dolor ante esa idea, no podía irse. No podía alejarse de mí que haría sin ella.