Capitulo III

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Julie Jones.

8:30 p.m

Me arropo lo más que puedo entre mis sábanas, tomo un sorbo de la que sería mi quinta taza de café y como mi pastel; he decidido que no dormiré esta noche puesto que al cerrar los ojos lo primero que veo es a mi nana muerta en la cama.

Mis padres junto con mi hermana y Jeremy han ido a cenar con mis tías, por lo que ahora me encuentro sola en casa, momento que he aprovechado para leer sobre la historia de Cold Town y ver si encuentro algo acerca de los Collins.

—No hay información sobre Cold Town, Nemo. —le murmuro a mi perro que bosteza.

Hasta el momento lo único que he encontrado sobre el pueblo son pequeños fragmentos sobre historias de asesinatos y guerras vividas en la región.

En cuanto a los Collins, no hay más de información de que tienen empresas alrededor del mundo; supongo que eso explica el que tengan tanto dinero.

Nemo se levanta y comienza a rascar la puerta.

—Nemo ¿es en serio? ¡Te saqué a pasear en la tarde! — digo a la vez que muerdo un gran trozo de pastel.

Nemo ladra fuerte hacia afuera. Frunzo el ceño: esos ladridos no significan que quiera hacer sus necesidades, esos ladridos son de cuando hay extraños cerca.

—Hay alguien afuera. —murmuro y él ladra más fuerte. Dejo mi pastel a un lado y me levanto de mi cama.

Rebusco entre mis cosas tomando lo primero que encuentro: una raqueta de tenis. Supongo que no lastima, pero definitivamente puede servirme.

—Vamos Nemo. —le susurro a mi perro.

Abro la puerta lentamente. Nemo es el primero en salir y olfatear todo; reviso todas las habitaciones de arriba, pero están todas vacías, así que me decido a bajar a la sala.

Busco entre todos los lugares, la puerta principal sigue cerrada con llave. Camino hasta la cocina: la puerta que da al jardín está abierta.

—Así que entraron por aquí. —susurro mientras salgo de la casa en dirección al jardín.

Aún hay niebla. Todo está oscuro; me muevo con cuidado. Nemo camina delante de mí.

Veo una sombra moverse desde la ventana de la habitación de Jeremy. Se desplaza con agilidad, por lo qye escondo tras un pequeño árbol.

Una vez la persona toca el suelo, grito y me dispongo a pegarle con la raqueta.

—¡Quieto! —trato de golpearlo, pero él es más rápido y evita que la raqueta lo golpee.

Camino hacia atrás cuando un cuchillo apunta en mi dirección.

—Dime una cosa, ¿planeabas detenerme o que tuviéramos un partido de tenis?

Su voz...

—¿Deckard? — me hace caminar hacia atrás donde hay un poco de luz.

—¿Qué haces aquí? —pregunta mientras aún me apunta con el cuchillo.

—Disculpe señor, está en mi casa. Quien me debe una explicación eres tú —hago que deje de apuntarme con el cuchillo.

—Tienes crema en toda la cara.

Me limpio rápidamente el rostro.

—Estaba comiendo pastel. Ahora responde, ¿qué estabas haciendo aquí?

—Jeremy se quedó con algo que era mío.

—¿Y por eso te estás metiendo a mi casa? ¿Sabes que eso es invadir propiedad privada?

Aléjate de los CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora