Capitulo VIII

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8:30 p.m

Trato de soltarme de entre los brazos de Jordan, pero me es imposible. Lo muevo un poco en fin de despertarlo, pero tampoco funciona. Él está tan profundamente dormido en mi cama que no lo despierta ni un terremoto.

Luego de largos intentos logro soltarme. Comienzo a vestirme rápidamente, miro a Jordan y lo sacudo. Afortunadamente ahora sí abre los ojos, pero no del todo.

—Oye, oye despierta, mis padres volverán en una hora Jordan. Tienes que irte—él me mira con los ojos entrecerrados. Le paso su ropa y comienza a vestirse bajo mi mirada.

—Sabes que a tus padres no les importa que esté contigo.

—A mi madre tal vez no, pero a mi padre por supuesto que le importa.

Escucho a Nemo ladrar al otro lado de la puerta dándome a entender que quiere entrar a la habitación. Abro la puerta y doy un respingo cuando veo al chico de ojos grises que últimamente está muy cerca de mí.

—Hola, Pastelito —Sus ojos grises me escanean lentamente; luego posa sus ojos sobre los míos y sonríe—. Traes la camisa al revés.

—¿Qué? —me miro a mí misma y el sonrojo en mis mejillas no tarda en aparecer al darme cuenta que, efectivamente, mi camisa está ubicada de forma errónea.

—¿Te estabas masturbando? — esboza una sonrisa—. La puerta estaba cerrada con llave, incluso dejaste al perro afuera.

—¡Claro que no! Yo ehm... Estaba con Jordan...

—¿Sabes, Pastelito? Si quieres seguir fingiendo que eres una chica buena y que absolutamente no vienes a tu habitación a follar con alguien por lo menos asegúrate de acomodar tu ropa correctamente —me sonríe burlón—. No todos necesitamos saber que acabas de follar.

Bufo.

—¿Que haces aquí, Deckard? ¿Cómo entraste?

—Hay noticias —Prácticamente me echa a un lado y se abre paso por mi habitación. Jordan no está en la habitación lo cual me indica que está en el baño probablemente.

Dudo mucho que haya hecho algo dramático como tirarse de mi balcón hacia el suyo.

—¿Qué clase de noticias?

—Asesinaron a ocho estudiantes.

Lo miro incrédula. Una cosa es que haya locos atacándome y queriendo cortar mi cabeza, pero es muy diferente a que estén ahora matando gente inocente.

—¿Por qué?

—Es una señal de advertencia.

—¿Señal de advertencia? ¿Qué quieres decir con eso?

—Ellos no van a parar de asesinar chicos hasta que tengan tu cabeza.

Lo miro aterrada. Por un lado, absolutamente no quiero morir, pero por otro lado no quiero que personas inocentes mueran.

Tengo dieciséis años. No tendría que estar viviendo todo esto, justo ahora podría estar tranquilamente pensando sobre qué es lo que quiero estudiar al acabar la escuela o estar muy preocupada por algún drama amoroso. Cualquier cosa menos estar preocupada de por qué ahora hay muchas personas muriendo por mi culpa.

—¿Y qué se supone que haremos?

—Tu escuela está en una zona muy segura, la más segura del condado. Cuando las autoridades se enteraron de lo que pasó prácticamente llegaron y cerraron todo —Deckard se pasea por mi habitación, observando todos mis dibujos y pinturas plasmados en las paredes—; los asesinos no pudieron sacar los cuerpos, pero los policías siguen sin encontrarlos. Entonces significa que los cuerpos de los chicos siguen dentro de la escuela.

Aléjate de los CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora