You are in love || GiyuuShino

08

Giyuu tomó por el rostro a su novia profundizando aún más el beso. Él se sentía muy frustrado, conocía a la perfección la situación que se traía Shinobu con Douma, más específico con cualquier chica cerca, incluyendo a sus hermanas.

No quería que nada malo le pasara, anteriormente se rumoreó que el de ojos arcoíris había abusado sexualmente de una chica, sin embargo nunca se confirmó nada. Pero eso no le quitaba la angustia que sentía por ella.

Ya se había acercado peligrosamente a Kanae, sin embargo, su plan no dio frutos en cuanto se hizo pareja de Sanemi. Y si hablamos de Shinazugawa, hasta los niños le tienen miedo cuando se le acercan a Kanae. Él también le teme un poco, aún recuerda perfectamente el golpe que le dio cuando se le cayó una figura de cerámica de su sala de estar.

Afortunadamente no se ha acercado a Kanao, pero eso no significa que baje la guardia, es razón más que suficiente en querer defenderla.

Rodeó con sus brazos la pequeña cintura de la ojimorada moviendo con más pasión sus labios. Sin embargo sus pulmones les puso un alto en cuanto el aire comenzó a ser escaso obligando que ambos se separaran. Shinobu sonrió en cuanto se separaron, uniendo sus frentes.

— Te quiero tanto... — susurró él a su oído abrazandola con más intensidad. — Lo único que quiero es protegerte, porque siento que si no lo hago voy a perderte. Y no quiero, no quiero que te vayas...

Sus palabras sorprendieron a la chica, sintió como él seguía aferrándose a su abrazo, como si ella fuera hecha de porcelana y temiera romperla.

— No vas a perderme, lo prometo. — Shinobu aseguró acariciando su espalda — Tú jamás lo permitirías, ni siquiera yo misma...

Giyuu se separó levemente de ella para volver a tomar el delicado rostro de ella, sus ojos la veían con suma preocupación, si él algún día la perdiera, todo su mundo se vendría abajo.

Besó dulcemente su frente.

— Mi hermosa mariposa... — susurró contra su piel acariciando suavemente su cabello.

No pudo evitar sonrojarse tras oír sus palabras, no era de ese tipo de chicas que le gustaba lo cursi y romántico... pero por Tomioka, por él haría una excepción.

Se alzó nuevamente sobre los dedos de sus pies para alcanzar sus labios, volviendo a unir sus labios en esta vez, un dulce y tierno beso.

— Detesto que seas tan alto para mi. — gruñó la chica en cuanto bajó su mirada por el dolor en su cuello de tenerlo alzado un largo periodo de tiempo — Al menos inclínate un poco cada vez que me beses.

Esta vez fue el turno de Giyuu el sonrojarse. Ella siempre fue así de directa, es más de costumbre que otra cosa. Seguirían así un rato más, pero recordaron que estaban a mitad de la calle, con la atención de gran parte de las personas que andaban por ahí.

Por lo que, ahora si, con sus manos entrelazadas se retiraron.

Al llegar al estacionamiento, subieron al automóvil del pelinegro. Recientemente había conseguido su licencia de conducir, por lo que ahora podía ir a donde sea. Cabe mencionar que el auto fue comprado entre él y Sabito para que ambos lo tengan a su disposición, pero Giyuu se emociona llevándolo a cualquier lado.

Eran como las seis de la tarde, fue entonces que se le ocurrió una idea, guiando a otra dirección a Shinobu.

— ¿A dónde vamos? — preguntó ella en cuanto se dio cuenta que no se dirigían a su casa.