Ahí estaba yo, tan tímidamente enamorada de ti, contándoles a mis amigos sobre ti. Tus palabras me hacían temblar, y tú podías notar mis nervios fácilmente, pero no me dabas la mano para calmar mi temor, solo te ibas y gozabas de tu libertad.
Y ahí estaba yo, gozando de que fueras tan libre, e incluso te tomaste la libertad de limitar la mía. Pobre ilusa enamorada, luego de tanto tiempo me digo a mi misma, y con justa razón, porque en aquel entonces me ilusioné contigo sin razón alguna.
Pero tu seguías con tu vida, porque yo para ti no existía, mientras que mi vida giraba en torno a ti, y ese fue mi error, dedicarte mi tiempo y hacerte sentir importante. Pobre niña insegura, me digo a mi misma, y con justa razón, porque injustamente te quise tanto que dejé de quererme y me hice daño.
¿Qué faltaba en mi para que tu me vieras? ¿Qué era lo que tanto te gustaba de las demás que yo no tenía? Y esas fueron las peores preguntas que pude hacerme. No me faltaba nada, yo era demasiado feliz, pero quería experimentar nuevas sensaciones.
Al poco tiempo mi todo eras tú, no tenía nada si no te tenía a ti. No podía vivir feliz sin tus miradas, y sin tus miradas yo me hacia daño. Yo me quería mucho antes de conocerte, pero en un mundo de estereotipos y perfección es difícil ser feliz si no llevas una cintura de 60cm.
Nunca supe cuál era tu debilidad, por eso nunca me miraste con amor, y por más daño que me hice para sentirme querida y aceptada, tu me diste la espalda; pero no te culpo, eras tan libre de gozar tu libertad que yo no queria obligarte a quererme.
Mi felicidad era verte gozar, y no quería interrumpirte tu hermosa y simpática felicidad. Pero yo no era feliz, y decidí ponerme primero a mí, entonces empecé a conocerme, en vez de conocerte a tí. Pero tu extrañabas ser el centro de mi mundo, y volviste a buscarme cuando yo dejé de hacerlo, porque no querías sentirte solo.
Ahora las cosas están al revés. No te miro, y no es por orgullo, es porque quiero curarme del daño que me hice a mi misma, y de la enorme inseguridad que me dejaste marcada.
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Distintos amores de una adolescente
RomanceConocer a una persona es una aventura, que aveces nos hace daño o nos deja marcas. Algunas aventuras son pésimas y otras bellas. De muchas nos arrepentimos, pero siempre llega algo mejor. Al amor no hay que apresurarlo, solo hay que disfrutarlo.