Cuando me hablaste, supe que algo pasaría entre nosotros, o al menos eso quería yo. Tus amigos hablaban de nosotros, y ni siquiera sabían mi nombre. Cuando te besé no me importó nada, quería seguir, pero el tiempo no me lo permitía.
Tal vez si hubiera sido en otro momento y en otro lugar, ese beso hubiera marcado mi mente, y no iba a poder sacar dicho momento de mi memoria. Pero supongo que los dos cortos minutos de amor, fueron suficientes para empezar a conocernos.
Me seguiste buscando, y me seguiste hablando. Yo te contaba todas mis cosas, eras casi como mi diario personal; es que hacía mucho tiempo que no coincidía tanto con alguien, y me daban ganas de hablar. Contarte mi día era relajante, sentía paz.
Era divertido contarte mis historias, y era hermoso escuchar las tuyas. Me gustabas, pero yo no quería que me gustaras. No quería arriesgarme a quererte, ni quería arriesgarme a estar a tu lado, porque me sentía bien sola, y no quería estar con alguien para luego sentirme mal. Ahora me arrepiento, porque de todas maneras te sigo queriendo.
Qué estúpida soy, siempre tan insegura de mí misma, y por culpa de esa maldita inseguridad no eh jugado muchas veces, y ahora me doy cuenta de las posibles historias bonitas que tendría para contar en estos momentos, si hubiera jugado un poquito más.
Tal vez tu hubieras sido una de ellas, o tal vez hubieras sido la única y primera; pero, como todos, también te cansaste de esperarme, y no te culpo, no los culpo. Muero por buscarte y hablarte, pero lo que tengo de insegura también lo tengo de cobarde.
Y acá me encuentro, queriendo decirte "hola" y preguntarte cómo estás. Estoy casi segura que entre nosotros no habrá una segunda oportunidad. Sueño con que vuelvas a buscarme y a preguntarme por mis días, pero no puedo dejar que de todo te encargues tu.
Espérame, que pronto estaré más segura de mí misma, y ya no dudaré más, pero mientras tanto le pediré al universo que te proteja, y que pronto vuelva a cruzarte en mi camino.
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Distintos amores de una adolescente
DragosteConocer a una persona es una aventura, que aveces nos hace daño o nos deja marcas. Algunas aventuras son pésimas y otras bellas. De muchas nos arrepentimos, pero siempre llega algo mejor. Al amor no hay que apresurarlo, solo hay que disfrutarlo.