Tres: "No estábamos destinados a ser"

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Siempre me miraste con amor, incluso estando despeinada, sin maquillaje y distraída, pero nunca te pude ver con los mismos ojos. Querías hablarme, pero no lo hacías, y a mi tu decisión me daba igual, incluso si querías estar conmigo.

Mis ojos estaban en otro chico, en aquel que no me miraba como tú lo hacías. Él solo me miró en mis días buenos, en aquellos donde era fácil salir a la calle con una sonrisa, luciendo peinada y maquillada. Estúpida, me digo a mi misma, y con justa razón, porque siempre me enamoré de los chicos equivocados.

Tenía una venda en los ojos que no me permitían ver tu amor sincero, y tenía un corazón perseverante, que quería estar con una sola persona. Tropecé varias veces con la misma piedra, y cuando me cansé no quise permitir que mi corazón se rompiese otra vez...

Entonces fui corriendo a tus brazos porque sabía que estarías ahí, para no permitir que mi corazón sufra una depresión; y si, ahí estabas, tan lindo y cariñoso como siempre, con tus brazos amorosos y cálidos me volviste a llenar el alma.

Te empezaba a ver con los mismos ojos, pero tu cariño hacia mi había disminuido; y cuando quise quererte muy intensamente me di cuenta que ya era demasiado tarde, porque tu ya no me querías, tal vez te habías cansado de tanta espera por mi.

Tal vez estuve mal, porque no supe darte la oportunidad en el momento adecuado, o tal vez estuve bien, porque me arriesgué a lo que quise y por quien quise, y a pesar de que perdí, me gustó jugar, y lo mejor del juego había sido él, mi pasado desamor.

Tu partida me dolió, y te pensé un largo tiempo hasta que te olvidé, y cuando te cruzaba por la calle seguía viéndote de la misma manera; lindo y cariñoso. Pero sabía que ya nada iba a pasar, que ya era tarde para darnos amor, porque simplemente no estábamos destinados a ser.

Distintos amores de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora