Siempre estuve interesada en ti, pero no era prioridad que me vieras a mí, sin embargo, lo hiciste, y no pude hacer otra cosa más que sorprenderme. Eras tan bueno que parecías irreal, tenía miedo de lanzarme, pero ya estaba harta de mi cobardía, asique decidí dejarme llevar.
Parecía que íbamos a estar bien, estaba dispuesta a dar lo mejor de mí, pero evidentemente, tú no lo mejor de ti. Pronto se acabó, tú tenías cosas que hacer y yo tenía un camino que seguir. Decidí tomarme todo eso despacio y con calma, pero aún quería que me vieras, quería seguir llamando tu atención.
Estuve mal, me dolió y me molestó, pero no podía reclamarte nada, porque tú eras demasiado libre de hacer con tu vida lo que quisieras, entonces me prohibí a seguir sufriendo por ti, porque en definitiva no te merecías mis lamentos, ni yo un interminable sufrimiento sin sentido.
Cuando ya había sanado volviste a buscarme, y acepté tus disculpas como si fueras un amigo, pero dudo en que los amigos se quieran como nos queremos nosotros, y que se miren con ojos de tanta dulzura. Te seguía queriendo, y mucho tal vez, pero no me iba a permitir caer en tus juegos de nuevo.
Seguimos bien, estamos bien así. Podemos estar en caminos distintos sintiendo el mismo amor y recordando las mismas noches, pero sabemos que lo mejor para ambos es saludarnos con la mano y no con un beso.
Sé que si algún día estoy mal podré ir a refugiarme en tus brazos, "amigo" mío, y cuánto quisiera que en ese entonces me dieras un interminable beso.

ESTÁS LEYENDO
Distintos amores de una adolescente
RomanceConocer a una persona es una aventura, que aveces nos hace daño o nos deja marcas. Algunas aventuras son pésimas y otras bellas. De muchas nos arrepentimos, pero siempre llega algo mejor. Al amor no hay que apresurarlo, solo hay que disfrutarlo.