WhatsApp | Ross Lynch

C. 28.

Capítulo narrado.

Desde hace dos horas que he dejado en visto a Ross. Su último mensaje fue,
"no pude evitar tentarme preciosa".

¿Y por qué no le respondo ni doy señales de vida?

Porque estoy tan roja como un tomate.
Oh, y también porque me siento ridículamente estúpida.
Confundí a su hermana con su novia.
Y tiene razón.
No solamente quería quedar como una chica que se respeta, sino también me moría de celos.

¿Por qué?
Ni yo puedo explicar eso.
No conozco a Ross.
Y honestamente, tampoco quería conocerlo.

Y no me dí cuenta del cambio que Ross tuvo en mí del día a la mañana, poco a poco me emocionaba al leer sus mensajes, me reía con sus estupideces, y así, sin querer queriendo, llegamos hasta el punto donde estoy ahora.

Quiero conocerlo en persona.
Y eso es malo.
¿Malo?
Es muy malo.

No veo a ese rubio como un amigo por todas las cosas lindas que dice de vez en cuando. Y yo no puedo estar con alguien sabiendo que vivimos en diferentes ciudades, además, no conozco a su entorno ni él el mío, eso sería un grave problema.

A pesar de que hablamos por chat todos los días no sería suficiente como para estar en una relación. O bueno, al menos eso es lo que creo.

Mi corazón enloquece cuando escucho mi celular sonar, me acerco a este.
Ross está solicitando hacer una videollamada.

Corro hacia el espejo para observarme.
Me veo bien, ya no estoy tan roja.
Tengo un ligero sombreado en las mejillas que se puede considerar como rubor.

Tomo mi celular entre mis manos y vuelvo a la cama, no sin antes asegurar de ponerme los audífonos. Contesto su llamada, al verlo, una sonrisa inmediata aparece en mi rostro.

Eres estúpida ______________.

–¿Por qué no me contestabas?
Pregunta riendo.

No puedo evitar reír también.
Se ve muy bien.
Esta usando una camisa negra, unos collares y su cabello está muy enmarañado. Simplemente, se ve genial.

–Estaba ocupada.

Trato de ponerme seria, pero ahora mismo me resulta imposible. Su sonrisa es malditamente contagiosa.

–¿Tratando de averiguar si Rydel es mi hermana o no?

Maldito seas rubio.
Lanzo mi teléfono lejos de mí para que no vea mis mejillas rojas nuevamente.

–¿Qué pasó?

–Un mosquito- respondo– Tengo que matarlo.

Tomo mi libro de química, que por suerte esta en mi mesita de luz y comienzo a ventilarme la cara lo más rápido que puedo.

–No mates a un ser vivo.

–Dejan ronchas terribles.

–Si lo matas toda su familia vendrá por ti mientras estés durmiendo.

Río.

–Buen punto.

Al sentirme más calmada, tomo nuevamente mi celular entre mis manos quedándome algo estupefacta al ver a Ross sin la camisa que llevaba antes.

Había olvidado el propósito de la videollamada...

Sonrío para mis adentro, y bajo un poco más el cierre del buzo que estoy usando, casi hasta la altura de mis pechos.

–Hace calor- me dice, travieso.

–Te ves bien sin la camisa.

–¿Crees que me queda fea?