WhatsApp | Ross Lynch

C. 49.

Penúltimo capítulo.

- capítulo narrado -

A pesar de que hayamos hablado mil veces cada día por chat desde aquella vez en la que Ross me habló, no puedo concentrarme y lograr disminuir mis nervios.

Al fin conocería a aquel chico que me vuelve loca a través de la pantalla con unos simples mensajes de amor que puede ser que no sean honestos. Y eso me aterra.

Además de preguntarme internamente... ¿cómo sería su personalidad en persona? ¿extrovertida y relajada, como por WhatsApp? O... ¿tímido y reservado? O quizá... atrevido y desesperado.

No me culpen por preocuparme en esas cosas, a través de una pantalla podemos fingir miles de cosas y a la hora de la hora, al conocer a la persona, podemos decepcionarla por completo.

Caso que sin duda alguna no pasaría conmigo, ya que yo ya estoy ilusionada con Ross, así que así sea un completo raro que come cheetos picantes hora tras hora viendo películas de terror encerrado en el sótano de su casa. No dudaría en unirme a él para conocerlo mejor.

Y por mi parte; ¿le gustaría?
No puedo evitar no pensar en todas las inseguridades que suelen pasarme por la cabeza cuando me miro al espejo, ¿y si le parezco fea? ¿o no tan linda como en las fotos? ¿si soy muy delgada? ¿si me considera una rara?

Golpeo mi cabeza para evitar pensar más.
Bien, ____________.
Conocerás al supuesto amor de tu vida, no puedes andar autosaboteándote. Se llevarán bien, se conocerán... ¿y de ahí? ¿qué pasaría?

Un momento...
Se supone que, ¿tendremos sexo?
Digo, ya lo tuvimos a través de chat, ¿eso quiere decir que también debemos de hacerlo en nuestra primera cita? ¿esto es una cita?

Malditas sean tus inseguridades y dudas ____________. Bendito sea Ross.

Me miro al espejo una vez más.
Me veo bien, y vaya que me esforcé bastante en ello. Luego de entrar en el mini paro cardíaco cuando Ross me dijo que está en Boston y que saldríamos, después de bañarme, decidí comenzar buscar algo lindo y especial que usar para la ocasión, como esta lo amerita.

Al final opté por vestirme con un pequeño crop top blanco, algo escotado, una falda de jean roja, y unas bonitas botas que compré hace una semana.

En mi opinión, me veo bien.
¿Ross pensaría lo mismo?

Suspiro.
Camino casi corriendo hacia mi teléfono celular. No tengo mensajes de él. Seguramente debe de estar preparándose para nuestra cita.
Hago una mueca de asco al sentir mis manos sudar. Diablos. Esto solo me pasa cuando estoy a punto de colapsar en nervios.

Vuelvo hacia mi tocador, me siento en la silla que está al frente y comienzo a laciarme el cabello con cuidado de no quemarme, ya tengo en cabello lacio, pero siempre suele ondularse un poco. Y no quiero eso pase hoy.

Cuando por fin termino, me maquillo tratando de no exagerar con este acto. Opto por ponerme brillo labial, rímel, sombras innotorias y maquillar tan solo un poco mis cejas. No quiero que Ross sepa que abuso del maquillaje a veces, bueno, no por ahora.

Me gusta bastante maquillarme.
De hecho, tomé clases de maquillaje hace años atrás y gané un concurso por ello.
Quizá debería proponerle a Ross la idea de maquillarlo algún día. Sería divertido.
¿