C. 71.

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Cuando llego al gimnasio, me doy la vuelta de inmediato al comprobar que Kimmy y Ross siguen allí. Escucho sus fuertes risas que en estos momentos son como puñales para mi corazón.

Volteo tan solo un poco y sigo avanzando hacia el otro lado.

¿De qué estarán hablando?
¿Qué estarán viendo?

Cuando llego hacia el otro extremo del gimnasio, me escondo dentro del pequeño cuarto de limpieza del mismo gimnasio, saco mi teléfono celular y saco tan solo un poco la cabeza por la puerta para poder verlos.

Siguen allí.
Riendo.
Muy juntos.
Sin para de mover los labios.
Hablan, hablan, y hablan.

Pero, ¿de qué?
Saco mi teléfono y entro a mi chat con Ross, sin pensarlo dos veces, comienzo a teclear, sintiendo aquella sensación de angustia en el pecho.

"Amor"
"¿Dónde estás?"
"Te extraño bastante"

Guardo mi celular nuevamente y lo observo. El rubio toma su celular entre sus manos, sonríe. Y teclea.

"Estoy en la cafetería con Bruse pequeña"
"¿Quieres venir?"

Aquellas palabras me golpean como si acabara de darme una fuerte bofetada. Vuelvo a guardar el celular en mis jeans, y alzo la cabeza para observarlo.

Ross deja de sonreír, toma su mochila, que esta a su lado, y se retira del gimnasio casi corriendo. Dejando a Kimmy sola, y con una cara de pocos amigos mientras sigue mirando la pantalla de su celular.

Maldita ridícula.

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-Entonces, ¿irás a esa fiesta?

Me pregunta Ross.
Sacado de onda.
Contengo las ganas de darle un fuerte jalón de cabello por mentirme y asiento.

¿Por qué demonios me mintió?
¿Acaso esconde algo?
Hubiese podido aceptar que este hablando con Kimmy si tan solo me lo decía.
Después de todo, tiene todo el derecho de tener amigos y amigas.

-Pensé que vendrías a mi casa esta noche- continúa- ¿si quiera me estas escuchando?

Me detengo, y volteo para poder dirigirle la palabra mirándolo a la cara.

-Iré a esa fiesta.

Continuo mi camino, sintiendo la presencia de Ross a mi lado al instante. Cruzo mis brazos para que no pueda tomarme la mano.

¿Cómo decirle que lo estuve espiando y que sé que me mintió? No hay forma en la que no suene tóxico.

Trago saliva.
Intento seguir con mi camino pero siento el brazo de Ross rodeandome los hombros, acercándose a mí.

-De acuerdo- responde. Me besa la cabeza- Iré contigo.

Asiento.
Sin darle importancia.
Sufrirías mi venganza por ser un maldito mentiroso, Lynch.

-¿Estás enojada?- me pregunta, buscando mi mirada con sus ojos- Sueles hablar más normalmente.

-No lo estoy- respondo, bajando la mirada- Me duele un poco la cabeza, es todo.

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