Capitulo siete

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Después de un rato buscando algún programa interesante para ver la atención del pelinegro fue llamada por la voz de su compañero quien se encontraba sentado a su lado.

Tanjirou: Que son estas cosas Giyuu? (Pregunta curioso mostrándole las cajitas de colores)

Giyuu: Las tomaste sin saber que eran?

Tanjirou: Bueno, estaban por el pasillo de los dulces y me dio curiosidad

Giyuu: Déjame ver...son pockys...Son dulces muy populares entre las parejas, pero igual no hace falta tener pareja para comerlos

Tanjirou: Son muy buenos (Expresa feliz al probar el dulce), pero porque son tan populares con las parejas? (Pregunta curioso)

Giyuu: Porque pueden hacer esto (Acto seguido toma la cara del pelirrojo quien tenía un pocky en su boca y comienza a comer del otro extremo hasta terminar de comer el dulce el cual acorto el espacio entre ambos haciendo que sus labios chocaran)

Tanjirou: Eh!!! (Exclama sumamente sonrojado y sorprendido)

Giyuu: Usualmente a las parejas les encanta este juego

Tanjirou: Hágalo de nuevo!!!

Giyuu: Que estás diciendo?

Tanjirou: Por favor hágalo otra vez (Pide mientras coloca otro pocky en su boca)

Obviamente Giyuu no se negó a esa petición por parte del menor y comenzó a comer el dulce hasta que terminaron rozando sus labios nuevamente, lo hicieron varias veces hasta que el pelinegro hablo.

Giyuu: Sabes Tanjirou, no todos los besos que se dan en este juego son tan inocentes

Tanjirou: A qué se refiere? (Pregunta curioso)

Giyuu: Bueno en ocasiones ocurren cosas como estas (Dice para comenzar a comer el dulce)

El beso que Tomioka le dio esta vez fue diferente, no solo tocaron sus labios sino que ahora su lengua también estaba involucrada, el de ojos azules había metido su lengua en la boca del pelirrojo comenzando de esa manera un beso un tanto salvaje, el de ojos granate no tenía idea de que hacer ya que nunca jamás había hecho algo como eso claro que estaba sorprendido pero aun así se dejó dominar por el mayor.

Giyuu coló sus manos debajo de la camisa del muchacho acariciando su pecho en el proceso mientras seguía besando la boca del contrario, fue así hasta que ambos comenzaron a quedarse sin aire y se vieron obligados a separarse dejando con ello un pequeño hilo de saliva en el proceso.

Tanjirou: Ah...ah...(Jadeaba por la falta de aire)

Giyuu: (Sacando sus manos rápidamente de la camisa del chico) Lo siento, me deje llevar...Este... mejor vayamos a dormir (Dice nervioso y agitado)...*O de lo contrario algo muy malo pasara* (Piensa sintiéndose muy culpable)

Tanjirou: S...Si

Luego de esa extraña situación Tomioka se dijo a si mismo que jamás volvería a hacerle nada raro al joven Dios, sin duda no quería que le odiaran por pasarse con él. Así que, trato de evitar lo más que podía el contacto físico, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba nuevamente preparándose para ir a trabajar.

Habían pasado ya dos semanas desde que el chico mapache llego a la vida de Giyuu, ya se había vuelto costumbre el estar juntos, comían juntos y el pelirrojo le despedía y recibía antes de irse y al regresar, incluso habían conseguido ropa de la talla del joven porque el azabache alegaba que no podía andar siempre con ropa tan grande y que no podían seguir metiéndose con la ropa de su hermano porque este los mataría cuando regresara.

Conviviendo con un DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora