ʀᴇʟᴀᴛᴏ ᴄᴜᴀʀᴛᴏ

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𝒪𝓅𝓊𝑒𝓈𝓉𝑜𝓈

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Shanks es como un pozo sin fondo de sake, risas, comida y aventuras. Llega como un huracán y arrasa con todo cuando se sienta en el viejo taburete de la esquina que parece llevar su nombre tallado así como Makino lleva el suyo propio bordado en el delantal. Es la personificación de la mismísima vida pirata hegemónica sobre cualquier otra. Es libre y astuto y fuerte y sagaz.

Makino es solo Makino. Ella es esa joven camarera simpaticona que regenta la única taberna del pueblo a la que han tenido la gracia de ir a tropezar aquella banda de sinvergüenzas con bandera negra. 

Shanks es todo y ella es nada. Shanks es el mar —imparable, inestable— y ella es rutina.

Y pierde el conteo de las horas escuchándolos hablar de todo aquello que han visto más allá del puerto y con lo que Makino solo puede soñar porque su lugar —su hogar, ella misma— está en ese pueblo y en esa taberna y en ese delantal manchado esperando a algo que no llega porque tampoco sabe que aguarda con tanto ahínco. Se les tropiezan las letras, las palabras y las frases porque se les mezcla la emoción y el alcohol y se interrumpen los unos a los otros pero se ríen con el desparpajo de quienes tienen la vida expuesta y ya le han perdido el miedo a nadar. Makino no tiene historias que contar. Pero Shanks tiene suficiente para los dos.

Él le habla de islas, de monstruos y de fiestas. También le habla de Luffy y le cuenta como el niño travieso que heredó la voluntad de Roger ha hecho esto o aquello y está poniendo patas arriba el océano. Y Makino se siente revolotear cuando lo escucha, porque Shanks es la imagen de la vida que hay fuera, más allá, más lejos, más inalcanzable, y a ella le basta con vivirla a través de él. Así ha sido siempre y no va a cambiar porque Shanks y Makino son tan diferentes, tan opuestos, que temen arrastrarse el uno al otro en una espiral sin fin porque ella no está hecha para las aventuras y huir de la muerte y él no concibe una vida pacífica alejado del mar que tanto le ha dado y quitado por igual.

—Si alguna vez quieres, podrías venirte con nosotros. —le dice él, como quien conversa de que el agua moja o que está llegando el verano mientras busca algo inexistente en el fondo vacío de su jarra. 

Si alguna vez os cansáis, podríais quedaros aquí. —le responde ella, sincera y bromista a la vez mientras limpia la maltratada barra de madera que chorrea espuma de cerveza.

Él se ríe y ella hace lo propio. "La vida pirata, la vida mejor", y ella asiente porque lo entiende. Porque el océano es el hogar de Shanks así como esa pequeña taberna lo es de Makino. Y ella no está hecha para las aventuras sin final y la incertidumbre hacia un mañana, pero se conforma con ser parte de ese ancla en la tierra para esos destartalados piratas, porque eso la hace sentir un poco menos lejos de él, menos recuerdo y más presente. Se conforma con ese pequeño punto de realidad al que regresan cuando les cansa ser los rufianes con precio, cada vez menos frecuente porque el tiempo y la edad no perdonan y aún les queda mundo por recorrer. Y a Makino siempre le quedará su taberna, jarras de cerveza fresca a rebosar y tiempo para hundirse en relatos de aquella manada de ratas de mar.

Porque viven vidas que se repelen la una a la otra pero siempre se las apañan para encontrar aquel punto muerto entre ellos en los que a Makino le puede la curiosidad de qué hay más allá y a Shanks le apetece pisar tierra firme y dejar de vigilarse la espalda por unas horas. Se complementan, como las dos caras de una moneda o como el día y la noche, o por qué somos tan parecidos siendo tan opuestos.

Han pasado años, meses, días y segundos. Makino sigue en su taberna y Shanks perdido en el más grande de los océanos. Pero a veces, y solo a veces, se encuentran con un resquicio de si mismos aferrado al otro. Quizás un puerto al que volver o quizás un barco en el que zarpar; pero siempre un segundo hogar. Un quizás en otra vida.

"Entrelazar nuestros mundos fue la más bonita de las coincidencias."

ONE PIECE WEEK 2020 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora