Spider [Bnha] Yaoi.

[00] Prólogo.

El pequeño niño miró a su madre tendida en el suelo.

La mujer lo miraba fijamente, intentando alcanzar el rostro de su hijo con su mano, para poder así limpiar sus lágrimas y pedirle entre sonrisas que se calme, que todo saldría bien, demostrarle que, una vez pasada la situación de mal estar, ambos estarían tomando una caliente sopa para ese frío día de invierno, cantando y viendo las noticias de los héroes que tanto le gustaban a su pequeño.

Pero, no podía.

Su cuerpo temblaba constantemente, aún más luego de tener unas leves convulsiones en las que el niño la trataba de ayudar entre gritos. Su cuerpo se negaba a hacerle caso. Se negaba a dejar salir su voz, moverse, expresarse siquiera.

Poco a poco, sus sentidos iban perdiendo fuerzas, como el latir de su corazón. La sangre salía ya sin menos intensidad que antes por cada orificio de la pobre fémina. Comenzando ahora la cuenta regresiva definitiva a su muerte.

10.

¿Cómo había ocurrido eso?

9.

Recordaba cómo ambos, entre risas habían ido caminado al supermercado. Sus manos enlazadas, cánticos alegres y algo fuertes, ignorando a la gente de su alrededor que le miraban con expresiones divertidas o indiferentes.
Habían hecho una pequeña lista de lo que comprarían antes de salir, escrita por él. Era divertido verle tratar de escribir rápido, sus pequeñas y blancas manos se agitaban constantemente con el lápiz sobre la hoja, sus ojos rojizos le suplicaban a gritos que deje de hablar tanto, era una cotorra. Sus mejillas, oh...sus mejillas siempre se inflaban y se coloreaban de un color carmín, preso al enojo o vergüenza.

8.

¿Si ahora moría, cuándo podría volver a tocar o besar esas hermosas mejillas?

7.

Las lágrimas comenzaron a descender con fuerza de sus ojos.
No quería morir, no quería dejarlo solo.
Nadie lo iba a cuidar tan bien como ella lo hacía.

6.

Sintiendo como su propia garganta y pulmones de desgarraban, intentó hablar. Necesitaba despedirse. No se iba a ir sin despedirse.

-Ku...K-k...Kumo....-

5.

Su cuerpo experimentó un ardor intenso que la hizo escupir con fuerza un chorro de sangre. Algunas gotas empañaron el rostro blanco de su hijo que la miraba llorando y gritando por ayuda.

4.

-Kumo...Te am-amo...¿Si?...T-te amo, nunca lo olvides...Conviértete en un héroe, ¿Cómo los qu..que siempre vemos, S-si? S-se el me-mejor, se un jodi-jodido guerrero.-

Intento reír, sin embargo, las lágrimas le ganaron, convirtiendo la escena en algo más dolorosa y tragica de lo que se había imaginado.

3.

-D-defiend-defiende tu propia justicia, protege a los deb-débiles.-

2.

Su cuerpo comenzó a experimentar un adormecimiento agudo, dejándole ahora sí, sin habla ni movimiento.

1.

En la fría noche, un último suspiro de vida se desprendió de sus labios rojizos.
Labios que se habían vuelto rojizos por la sangre que anteriormente salía de aquél orificio como caudal sin control.

Había muerto sin saber cómo, había muerto sin abrazar a su hijo.

Había muerto injustamente, sin nadie que pueda ayudarla, a excepción de su pequeño hijo. Nadie la ayudo luego tampoco.
Absolutamente nadie.

0.

El cuerpo del infante no dejaba de temblar, llorar o gritar.

Su madre había muerto frente a él, desangrada.
La ayuda que le había tratado de brindar no era suficiente. Sus pequeñas manos estaban cubiertas de sangre al tratar de tapar los oídos de su progenitora o cualquier lugar de donde emanase sangre sin control.

¿En qué momento? ¿Cuándo? ¿¡Cuándo!?

Solo recordaba que su madre había chocado con un encapuchado en la entrada del supermercado, era grande, bastante grande, y luego también a la salida.
Ambas veces el muchacho había divisado una sonrisa grande en aquél rostro mayor, como unos ojos completamente negros que lo miraban de reojo e intensamente.

Se levantó tambaleándose, preso a las ganas de vomitar, preso al ataque de ansiedad que lo estaba tratando de tumbar al suelo para rogar por aire.

Trato de limpiar su rostro, cayendo al suelo varias veces, hasta finalmente caer en un charlo de agua sucia de aquél pequeño callejón.

Su madre se había sentado en una pequeña banca cercana al supermercado, diciéndole que estaba mareada, sin embargo, cuando le entraron ganas de vomitar, el primer lugar al que huyó para nadie la viera fue ese callejón sucio.

No esperaba que en esos momentos ella muriera allí mismo.

-¡Ayuda! ¡Ayuda! P-porfavor.-

El niño agitó la falda de una señora que pasaba por ahí, sin embargo, al verlo, horrorizada le empujó lejos. Un niño vagabundo, sucio y lleno de sangre. ¿Que mierda, como se atrevía a tocarla?

Lo mismo ocurrió con varias personas.
Una detrás de otras.

Las miradas que recibía era de asco cómo de miedo. Nadie se le quería acercar, él no entendía lo que se les cruzaba por la cabeza. Era un niño, solo necesitaba ayuda médica o algún héroe para su madre.

Cuando finalmente encontró una figura "heróica", que se miraba más allá de una manzana a dónde se encontraba, no dudo en correr hacía él.
Las lágrimas salían con más fuerza que antes. La esperanza crecía a cada paso rápido que cortaba distancia con él.

Se prendió a su pierna, mientras la tiraba y estiraba agitado.

-¡S-se-señor héroe! ¡Señor héroe!

Un suave tartamudeo salió de sus labios. Mientras trataba de recibir atención.

Sin embargo, su cuerpo se congeló al ver cómo esa persona que tanto admiraba, le devolvió la mirada con asco y enojo.

-Señor...héroe...M-mi madre.-

-¡Apartate, lacra!

Fue empujado al suelo con fuerza. Juzgado por aquella apariencia tan lastimosa que tenía encima.

Lo más triste, es que no se rindió con ese héroe, necesitaba ayuda. Su madre le necesitaba.

Varias veces fue apartado por él, incluso recurrió a otros héroes luego , hasta llegar al punto en que fue golpeado y dejado en el suelo lastimado.
La gente había visto eso, sin embargo eran héroes, algo mal el niño tendría que haber hecho para ser tratado de esa forma, ¿No?

Ese día, su madre y su espíritu murieron.

Ese día, abrió los ojos.