Capitulo 4

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Esa voz...

Me di la vuelta aun en el suelo, Irina se tensó a mi lado. Cuando levanté la mirada lo único que pude ver en toda la oscuridad del sótano fue una silueta alta y delgada. Retrocedí por instinto aferrándome al brazo de Irina.

La persona parada allí, a un metro de nosotras cogió la otra vela que quedaba prendida y camino lentamente hacia la puerta, cuando la abrió, prendió las luces y no pude evitar dar un grito desgarrador porque pude ver la masacre que había aquí.

Habían cuatro cadáveres totalmente desangrados, uno de ellos era el guía, y la sangre ocupaba gran parte del suelo.

Seguramente Irina había presenciado todo esto al momento que paso, por eso no se vio sorprendida y lo único que hizo fue derramar unas cuantas lágrimas.

- Lara... tus manos – dijo Irina con voz temblorosa

Cuando fije mi vista en mis manos me dio una horrible arcada en el estómago. Muy tarde me di cuenta de que me había desmayado sobre toda la sangre. Escuchaba pasos acercándose, pero estaba totalmente absorta en mi apariencia. Desde mi cabello hasta mis zapatillas tenían al menos una mancha de sangre.

- Por cierto, gracias por sacarme de ahí Lara – dijo una voz ronca sacándome del trance

Gracias a la luz pude verlo mejor. Era muy alto, piel cremosa, su cabello era liso y de un color negro increíble al igual que sus ojos. Si estuviéramos en otras circunstancias estoy segura que Irina haría comentarios fueras de lugar y estaría planeando que hacer para salir de con él.

- Soy Eithan, mucho gusto – él ya se encontraba arrodillado delante de nosotras ofreciéndome su mano en forma de saludo, lo único que hice fue retroceder un poco más, sentía que en cualquier momento me orinaría del miedo o sufriría otro desmayo – no tengan miedo, no les hare nada, al menos no ahora.

- ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres? – me atreví a decir

- Ya te dije que soy Eithan, me sacaste de esa caja horrible, tenía hambre, y como cualquier otro inmortal bebí un poco de eso – señalo el charco de sangre – y deje vivir a tu amiguita como agradecimiento.

- ¿Inmortal? ¿De que estas hablando?

- Ahg, eres muy irritante ¿sabes? – se quejó – búscalo en algún libro yo que sé, no tengo tiempo para esto. Oh y tengo una pregunta ¿En qué año estamos?

- 2021 – le respondí, no sabía exactamente qué estaba pasando, pero si se enojó por un par de preguntas, no me imagino que haría si hablo de más, así que lo mejor para ambas es quedarnos calladas.

- Vaya, sí que ha pasado mucho – hablo para sí mismo – Bueno, me gustaría seguir con esta hermosa platica, pero unos cuantos litros de sangre no es suficiente para saciarme los casi cien años seco, así que me voy.

- ¡Espera! – esta vez hablo Irina – no te puedes ir así, ¿¡Acaso te das cuenta de lo que acabas de hacer?! ¡Asesinaste a cuatro personas delante de mí! ¿Qué rayos eres?

- Ya tendremos tiempo para eso – y antes de salir por la puerta añadió – si saben lo que les conviene no dirán nada de lo paso aquí, al menos que quieran terminar como ellos – dijo señalando a los cadáveres y desapareció.

¿Qué carajos acaba de pasar?

Nos quedamos unos minutos en silencio, asimilando lo que acabábamos de vivir hace unos instantes, buscándole algún sentido o esperando despertar en nuestras camas y que esto solamente sea un mal sueño que se sintió muy real.

El olor era cada vez más insoportable, revise la hora en mi celular, eran las 6pm, pronto anochecería y no creo que sea bonito estar en un lugar como este a esas horas.

Por una gota de tu sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora