Capitulo 3

60 10 0
                                    

Si la casa era aterradora, el sótano era mucho peor. Desde la entrada se podían ver desde muñecas, hasta calaveras extrañas; se veían fotografías en las paredes de al parecer todos los descubrimientos que se encuentran aquí. Esto era realmente espantoso, pero claro, Irina era la persona más feliz del mundo y no dejaba de tomarse fotos.

- Esto es increíble ¿No lo crees? Imagínate todo lo que pasaron esas personas – Irina hablaba como una niña apreciando un parque de diversiones por primera vez.

- Como pueden ver, aquí hay muchos objetos, pero solo hablaremos de los más poderosos o los que más marcaron a esta familia... - el guía siguió hablando, pero yo lo deje de escuchar

¿A quién rayos le gustaría estar en un lugar así?

Cuando Irina me dijo que vendríamos, no me mostró fotos de cómo era el lugar, si lo hubiera visto antes me hubiera negado rotundamente. Mientras avanzábamos pude notar que la habitación era larga y con poca iluminación, supongo para que se vea todo más terrorífico de lo que ya es, con unas repisas en el medio que daban la impresión de que fuera una pared más, así que parecía que había dos pasadizos.

Estábamos a mitad del primer pasadizo cuando un leve dolor de cabeza me distrajo de lo que sea que estaba diciendo mi amiga.

- ¿Hola? Tierra llamando a Lara – decía Irina mientras me pasaba su mano frente a mi rostro

- Si lo siento, ¿Qué me decías?

- Que la historia de esa caja musical es realmente horrib....

El dolor volvió de repente y esta vez con más intensidad, por un momento temí desmayarme, me sentía asfixiada.

- Irina no me siento bien – la interrumpí mientras tocaba mi cabeza con mis manos – tengo que salir de aquí

- ¿Estas bien? ¿Quieres que vayamos afuera? – ya hablaba con preocupación, no debí decirle nada

- No, tu quédate aquí, no viajamos tanto para que no termines la visita.

- ¿Estas segura? No me importa, podríamos venir otro día

- Irina estoy bien ¿sí?, esperare arriba

- Bien, no tardo

Sentía mi cabeza arder, por alguna razón sentí que no debería estar ahí, así que salí del sótano, subí las escaleras y espere junto con algunos que tampoco se atrevieron a bajar.

Ya había pasado un rato, el dolor había disminuido y la verdad comenzaba a aburrirme.

- "Lara, ayúdame"

Mire gire rápidamente sobre mis pies al escuchar ese susurro detrás de mí, lo único con lo que me encontré fue con un par de chicas conversando a una distancia prudente de mí, por lo que ellas no podrían haber sido, aparte estoy muy segura de que era una voz masculina.

¿Qué? Me estoy volviendo loca, probablemente sea el miedo

Me acerque un poco ellas para no sentirme tan apartada.

- Disculpa ¿Te encuentras bien? Estas muy pálida – me dijo con preocupación una de las chicas que ya se encontraba delante de mí

- Si, no te preocupes, solo me duele un poco la cabeza.

- "Lara..."

Esa voz venia del sótano, estaba casi segura.

- ¿Estas segura? Puedo pedirle ayuda a alguien si quieres – siguió la turista

- No, gracias – la rodeé y comencé a caminar

- "Ayu...dame"

Sonara muy estúpido, pero empecé a bajar las escaleras, sea lo que fuera Irina estaba allí abajo y no la dejaría sola.

- El tour ya terminó, y todos están por salir, te recomiendo que esperes arriba, ya no te dejaran entrar – dijo un señor que salía del sótano

Lo ignoré, no sé por qué, pero lo hice. El señor me miro con cara de pocos amigos. Debe de creer que soy una maleducada.

Al entrar, volvió el dolor más intenso que nunca, me palpitaba la cabeza y comenzaba a ver con dificultad. Levante la mirada y no vi a nadie que me pudiera impedir llegar hasta mi amiga, tuve que forzar la vista, pues el ambiente se había tornado más tétrico, estaba muy asustada y sentí una fuerza a mi espalda. Cuando me di la vuelta, vi algo que no había visto antes cuando entre hace un rato, era un ataúd, era demasiado grande a comparación de mi estatura de 1.65 y la pequeña abertura estaba cubierta por un vidrio empañado así que no se veía absolutamente nada a excepción de la fotografía de alguien muy desagradable y viejo pegada a un lado del enorme ataúd.

- "Lara..."

Me sobresalte al escuchar mi nombre más fuerte, la voz venia de allí dentro.

Estábamos a un metro de separación, estaba decidida a pedir ayuda o ir a decirle a alguien lo que estaba pasando, pero sin darme cuenta ya estaba caminando hacia él, y no podía parar, era como si estuviera dentro de un trance que no me permitía moverme por mi misma, como si alguien más me manejara, como si fuera un títere.

Intente gritar, intente llamar a Irina, pero ni siquiera eso podía hacer.

De un momento a otro mi vista estaba clavada en el ataúd, no podía ver hacia otro lado, mi brazo estaba estirado y estaba a punto hacer lo que claramente no se podía en este lugar: tocarlo

Escuche gritos de advertencia a lo lejos que probablemente era el guía y los gritos de pánico de algunos de los turistas que se habían quedado hasta el final.

- ¡Lara! ¡Qué rayos crees que haces! ¡No puedes tocar nada! – sentía como Irina trataba de empujar mi brazo para evitar que hiciera una tontería, pero parecía que tuviera super fuerza, porque nada ni nadie podía moverme o detenerme.

Entonces pasó, toque el ataúd, y lo último que recuerdo es el sonido de una puerta muy vieja y oxidada, abrirse.

Entonces pasó, toque el ataúd, y lo último que recuerdo es el sonido de una puerta muy vieja y oxidada, abrirse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando abrí los ojos, seguía en ese sótano tan aterrador. En un segundo recordé todo lo que había pasado hace ¿días? ¿horas? ¿minutos? No sé cuánto tiempo llevaba aquí abajo.

Percibí un olor raro, había algo vistoso en mis manos. Todo estaba totalmente oscuro, muchos de los pequeños focos que aquí habían estaban apagados, la única fuente de luz eran unas dos velas que para mi suerte estaban encendidas, pero como todo no era perfecto, la puerta estaba cerrada. Me levante tan rápido que me dio un mareo, pero en lo único que podía pensar era en donde estaba Irina. Así que me limpie lo que sea que tuviera en las manos con mi blusa, cogí una de las velas y la busqué entre la oscuridad.

No tuve que buscar mucho, pues estaba escondida detrás del ataúd, temblando y con la mirada perdida. Me acerque rápidamente a ella y me arrodille para estar a su altura.

- ¿Qué fue lo hiciste? – me dijo y yo temí lo peor

- ¿Estas bien? ¿Qué paso? ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? ¿Dónde están todos? – la estaba abrumando de preguntas, pero es que estaba muy confundida

- Estoy muy asustada, llevamos aquí dos horas desde que decidiste sacar a esa cosa de su ataúd. Que, por cierto, mato a todos, menos a mí claro y no sé por qué ¡¿Crees que estoy bien?! – Irina estaba demasiado molesta para la situación.

No sé de donde sacaba esa valentía, yo estaría desmayada o a punto de morir de un infarto.

- Lo siento yo n...

- Me duele que te dirijas hacia mi como una "cosa", te perdone la vida ¿Recuerdas?

Esa voz... 

Por una gota de tu sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora