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Jordan sube las escaleras a paso cansino hasta llegar a su habitación, se dirige a su cuarto de baño y camina hasta quedar enfrente del espejo.

Se sonríe así mismo con una mirada malévola... una mirada que no era suya.

"Así que lograste quitarle el cuerpo por completo, me sorprendes John, creí que eras más estúpido" la voz de Jason dentro del cuerpo de Jordan resonaba como un eco muy lejano.

"Si él no quiere a Nadia yo sí" se respondió así mismo sin esperar una respuesta de Jason.

"Pues yo voy a disfrutar esto mi querido compañero, siempre quise tomar el cuerpo de Jordan por completo pero siempre fue inútil, pero tú lo has conseguido, tú, maldita mierda"

Después de aquella fatídica noche, Jordan se perdió en el abismo que era su interior, y se olvidó de lo más importante, olvidó el peligro que conllevaría el dejar a cargo a John.

Al día siguiente

Jordan caminaba por la calle para ir a la escuela como en un día normal, con su mochila en la espalda y con el gesto relajado y despreocupado, hacía que todos lo volteasen a ver.

En especial una chica linda de ojos hermosos y cabello largo que lo miraba expectante, se acercó hasta ella y le regaló una sonrisa.

—Hola hermosa —las palabras salieron del cuerpo de Jordan y Nadia se tensó después de escucharlas.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó acercándose más a él para evitar que los que estaban alrededor escucharan.

—Soy Jordan Nadia, ¿no me recuerdas? Te vi apenas hace unas cuantas horas.

—Tú y yo sabemos muy bien que no eres Jordan —le contestó tensando la mandíbula, jamás se había reflejado tanta seguridad en su mirada.

Una carcajada histérica abandonó el cuerpo de Jordan atrayendo unas miradas confusas de los que pasaban caminando a su alrededor.

—Eres más lista de lo que creí —habló por lo bajo acercándose a su rostro para intimidarla pero ella no apartó la mirada ni un segundo, no quería demostrar que estaba más allá de lo aterrada—. Mi nombre es John —pronunció mientras le estiraba la mano hacia el frente en forma de saludo y esperó hasta que Nadia le extendió la suya aceptándolo—: ya nos hemos conocido antes, solo que no te habías dado cuenta de lo que pasaba ¿o sí?

—Si me había dado cuenta de que eras tú y el otro chico, de que Jordan dejaba de ser él por momentos, lo supe desde la pelea en la cafetería.

—¿En serio? —Sonrió más de lo que su boca le permitía y le acarició el cabello—, impresionante, por eso es que conquistas todo lo que tocas, incluso a mí.

—¿Dónde está Jordan ahora? —Nadia no pudo disimular el temblor en su voz, y John desvaneció su sonrisa y la remplazó con un gesto de arrogancia.

—Él no existe más —terminó de decirle y paso la de largo caminando hacia el edificio donde tomaban clases.

Nadia solo dejó salir el aire que ni siquiera sabía que estaba reteniendo y se le escaparon un par de lágrimas, le costaba respirar y el temblor de su cuerpo era insoportable, había perdido a la única persona que la había amado por ser ella misma, sin mentiras, sin máscaras, él era la única persona con la que había hablado sinceramente en toda su vida y él no la juzgó por lo pasado, la aceptó con todo y sus recuerdos tortuosos, y ella se había enamorado de él como nunca lo había hecho.

***

Entrar al salón de clases fue una de las torturas más grandes para Nadia, mirar al chico del que se había enamorado, más bien, solo el exterior le hacía querer echarse a llorar, tomó y soltó el aire varias veces para armarse de valor, no podía dejarse llevar por sus emociones en estos momentos, porque lo único que ganaría seria empeorar las cosas, así que se tranquilizó lo más que pudo y se obligó a sí misma a caminar para después sentarse a lado de John.

NO SOY YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora