Recopilación;; One shot - SpainRP GTAV

Shock

[¿Cómo sería el reencuentro de Conway y Gustabo, si los hubieran encontrado en la isla y Torrente y Horacio fueran abatidos?]

El helicóptero aterrizó en la pequeña isla dónde habían encontrado a sus compañeros.
Sin haber tocado tierra aún del todo, Conway abre la puerta y baja de un salto, corriendo hacia sus agentes con todo lo que su ímpetu le permitía.

—¡Gustabo! ¡Horacio! ¡Torrente! —Los llamó.

Se frenó en seco al encontrar dos cuerpos ensangrentados abatidos y a Gustabo de espaldas, arrodillado en el suelo.

—No... ¡NO! —Gritó Jack. —Gustabo dónde están. ¡Gustabo!

Gustabo se limitó a señalar hacia el agua. Conway pidió a gritos por radio perímetro y vigilancia.

Un fuerte dolor atravesó al superintendente de arriba abajo, recordando los cuerpos de Ivanov y Gonetti.
Desesperado, clavó sus rodillas en la tierra y agarró a Horacio buscando un pulso que se había ido hacía minutos.
La camisa blanca de Conway se teñía de rojo por la sangre, al igual que sus manos y su cara al abrazarlo y llorar desconsolado.
Gritó. Gritó lleno de furia como un rugido de odio nacido desde el alma.

Con el cuerpo de Horacio en su regazo, Conway estiró un brazo para alcanzar el rostro de Torrente y tocarlo.
Deshecho en lágrimas, repetía una y otra vez sus nombres en voz baja.

Los agentes del helicóptero se desplegaron, pero Volkov y Greco se acercaron con el cuerpo descompuesto, pues habían escuchado los gritos de Conway y su llanto.

—Torrente... no joder. Torrente tu no... —Greco se agachó junto al cuerpo.

Volkov se quedó de brazos cruzados, conteniendo así la tristura y la rabia que se mezclaban dentro de él como un torbellino.

—No puedo más... no puedo más... —Sollozó Conway.

—Esos hijos de puta... ¡ESOS PUTOS SOPLAPOLLAS! —Maldijo Greco—. Joder Torrente... Torrente…

Volkov se acercó a Gustabo, el cual no se había movido en ningún momento. Se puso de cuclillas frente a él, ocultando tras sus gafas sus ojos llenos de lágrimas.

—Gustabo. ¿Gustabo me oye? —Intentó buscar su mirada—. Gustabo responda.

Volkov intentó poner una mano en el hombro pero Gustabo reaccionó apartándola y mirándole totalmente con el rostro inexpresivo.
Volkov se levantó extrañado y le dio la espalda, hablando con la voz quebrada por radio.

—Nesesito que un...

En ese instante Gustabo se levantó fugaz y se lanzó contra el comisario ruso empujándole al suelo y quitándole la pistola que llevaba.

Conway y Greco reaccionaron lento por la tristeza, cuando se dieron cuenta, Gustabo estaba apuntando a Conway con una mano, de lado.

—Estoy hasta los cojones de ti, Conway. —Dijo Gustabo con frialdad.

—Eh eh eh, baja el arma chaval. No es el puto momento de hacer gilipolleces. —Habló Greco.

—¡¿Se puede saber que mierda haces anormal?! —Reaccionó Conway

—¡Tú y tu puta mierda, Conway! Antes de conocerle nuestra vida era una mierda, pero éramos felices... —Confiesa Gustabo.

—Gustabo por favor, baje el arma. —Dijo Volkov desde el suelo.

—Gustabo, baja el arma y hablamos, por favor. —Intentó razonar Greco.

—...y ahora la gente paga con su vida en tu puto nombre. ¡HORACIO ESTÁ MUERTO POR TI! —Continuó Gustabo.

—¡Vamos crio de mierda! —Gritó Conway.— Dispárame si tienes putos cojones. ¡Yo os saqué de la calle y os di una oportunidad! ¡Vamos! ¡Dispara niñato!

—Conway por favor... —Avisó Greco.

—Gustabo baje el arma. —Repitió Volkov.

—Éramos.... felices... sin nada. Solo él y yo contra el mundo... como siempre…

Gustabo movió rápidamente el arma y se apuntó en la sien.
La reacción de los superiores fué de evidente preocupación y alarma.
Greco intentaba razonar con él mientras las radios no dejaban de sonar pidiendo explicaciones de lo que estaba ocurriendo.
Conway mostró debilidad ante la situación y le suplicó que bajara el arma porque no podía perderlo a él también. Volkov no dejaba de pedir que bajara el arma... pero ninguna de estas cosas Gustabo las estaba escuchando. Su mente se había cerrado, solo eran él y la pistola.

Escuchaba el latir de su corazón, tranquilo pero fuerte, tanto, que le dolía el pecho.

Y disparó.

Y los gritos de los comisarios ensordecieron el estruendo, pero no fueron suficientes para silenciar el sonido del cuerpo de Conway caer.