[La pesadilla de Horacio en su primera noche en la federal tras todo lo ocurrido]
Horacio despertó porque sentía frío. Al abrir los ojos no veía nada, era todo oscuridad. Parpadeó un par de veces y se quedó sentado en el suelo, intentando ver algún atisbo de luz a su alrededor.
Pero todo era oscuridad. No habían formas ni sombras propias de una habitación.Flexionó las piernas y las abrazó, refugiándose, haciéndose pequeño, sintiendo que así podía estar seguro. Pero esa falsa seguridad no podía calmarle, su corazón latía tan fuerte que todo su cuerpo vibraba con él.
—¿Horacio? —Se escuchó la voz de Gustabo desde lejos.
—¿Gustabo? ¿Dónde estás? No te veo.
—Estoy aquí. ¿No me ves?
—Que no, que no te veo.
—Abre los ojos Horacio, es que tengo que estar en todo.
—Pero si ya los he...
Horacio se encontró en mitad de lo que parecía un bosque. Parpadeó para acostumbrarse a la luz y se levantó del suelo.
Mirando hacia su derecha, podía ver un gran barranco, observó bien porque de allí se escuchaba la voz de Gustabo. Con cuidado, se fué acercando al borde y miró abajo, dónde Gustabo esperaba con su típico atuendo de abrigo rojo y gorro militar, mirándole.
—¿Vas a bajar o qué? —Preguntó Gustabo. —Venga, no tenemos todo el día.
—Pero Gustabo... ¿Cómo bajo? ¿No hay una bajada por algún lado?
—Y yo que sé si hay algo! Eres tu el que está ahí arriba. Tírate que yo intento cogerte y ya está.
—¿Cómo que intentas? Gustabo que me la doy.
—A ver, que yo no soy aquí SUPERMAN para cogerte al vuelo. ¿Qué igual te rompes alguna pierna? Sí, pero sigues vivo.
—No sé Gustabo...
Horacio se acercó aún más. Bajo sus pies el borde de tierra cedía en pequeños trozos y dudó, porque la altura era bastante alta.
—¡Venga!
Horacio suspiró con fuerza y pensó que igual tenía razón, saldría herido, pero estaría con él.
—¡Capullo! —Se escuchó detrás de Horacio.
—¿Conway?
Horacio se giró. Pudo ver al superintendente allí, al otro lado de un acantilado con un puente roto.
—¿De verdad vas a tirarte?
—Pero Conway... Es que está ahí abajo.
—¡Anormal! Que si te tiras te vas a matar. Ven aquí, joder.
Horacio se retira del borde y camina hacia el otro borde que le separa de Conway, mirando hacia abajo encontrándose un vacío infinito.
—Pero tendría que saltar, superintendente.
—¿Pero has visto la distancia? De un salto llegas aquí de sobra, y además puedo ayudarte.
—Pero... ¿Y Gustabo?
—Gustabo qué.
—Que está allí abajo.
—Sí, ¿Y?
—Que no puedo estar con los dos...
Su última frase hizo eco, silenciando todos los sonidos ambiente. Todo quedó callado.
—¡A ver Horacio! ¡Que no tengo todo el día, mamahuevo! —Rompió Gustabo gritando desde abajo.
—Este salto es muy sencillo. Ven aquí, joder. —Insistió Conway.
Horacio caminó hacia el barranco y observó a su hermano.
Revivió al instante toda una vida a su lado y la de historias que les habían ocurrido. Más malas que buenas, pero siempre juntos, siempre con una sonrisa.
—Veeenga Horacio. Tírate y vente conmigo, va. Volvamos a las risas, las travesuras... pim pam... ya sabes.
—Horacio, aquí eres mejor persona y lo sabes. —Habló Conway—. Te ofrezco la oportunidad de ser algo mejor. De hacer algo que te nace desde dentro: ayudar y cuidar de los demás. ¿De verdad quieres arriesgar tu vida por seguir haciendo el gilipollas?
Horacio se retiró del borde.
—¿Pero que hago? —Preguntó Horacio. —Que yo quiero estar con los dos, como antes...
—¡Horacio nene! Vas a saltar ¿O qué? Venga coño!
—Vamos capullo, ven de una vez.
—Pero yo... Yo quiero...—Mimimimimi ¿Vas a empezar a llorar como siempre, Horacio? —Se burló Gustabo.
—No tienes nada que pensar, ven conmigo y sigue en el CNP. La promesa, mariconetti. —Conway extendió su mano.
Horacio comenzó a debatirse mientras la ansiedad se apoderaba de él. Era incapaz de decidirse, en que opción se arriesgaría su vida sin vuelta atrás. Perdiéndo a uno.
—¿¡Qué hago!? No se que hacer... Yo quiero a los dos. ¡Joder!
Horacio sintió algo extraño. La tierra comenzaba a resquebrajarse bajo sus pies. Nervioso, comenzó a echarse hacia atrás viendo como el suelo se abría.
—¡No, no, no! ¿¡Pero esto que es!? ¡Ayuda! ¡Gustabo! ¡Conway!
Horacio intentó por todos los medios evitar caerse, pero al final la tierra se hundió a sus pies y sintió cómo la gravedad tiraba de su cuerpo.
Gritó. Pero no se le escuchó. Alzó los brazos hacia el cielo, intentando agarrase a las nubes para dejar de caer.
Pero mientras caía, la tierra tapaba su visión y se venía encima de él, golpeando su cuerpo y quitándole toda esperanza de salir vivo de aquel abismo que se lo había tragado por no saber decidirse.
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Recopilación;; One shot - SpainRP GTAV
FanfictionUna recopilación de historias cortas inspiradas en el rol de GTAV en el servidor SpainRp. #GTAVRolPlay #SpainRP