La Excelencia Da Asco (CDUS#2)

Hogar dulce hogar (o eso espero)

Bueno, el verano ya pasó, y eso trae consigo el decirle adiós a levantarse a la hora de comer, andar en pijama, aburrirse en las horas muertas... incluso decirle adiós a El Tiburón, la canción del verano de 2013, porque ya no volveríamos a escucharla con la misma ilusión. A quién quiero engañar, odiaba esa canción. Yo me pasé el verano escuchando On Top Of The World, de Imagine Dragons. Bueno, el caso es que con la llegada del nuevo curso hay que decirle adiós a muchas cosas, para qué extenderme con esto.

El día de la presentación fue una réplica casi exacta de la presentación del año anterior, y digo casi por dos motivos:
1- me dieron la clase que quería (Bien por mí!! No me llevé ninguna decepción).
2- teníamos tutor nuevo.

El tutor me pareció bastante serio a decir verdad. En cierto modo me recordaba al típico maestro de escuela que suele haber en el colegio de mi pueblo, tan formales y que te ponían más recto que una vela sin soltar una voz, y en efecto no me equivoqué del todo. Marcos tenía autoridad, pero en clase bromeaba de vez en cuando, eso sí, con el mismo tono serio que utilizaba para para explicar las matemáticas.

Otro buen cambio (para mí el mejor de todos) es que ese año me libré de Angustias, la profesora de gimnasia que tuve en 1°de ESO. A decir verdad, la noche de antes no pude dormir por la incertidumbre de si tendría que sufrir otro año mas con ella. En su lugar nos asignaron a otro profesor de educación física que lo apodaban "el raspa" (no me preguntéis el por qué del apodo porque yo aun sigo preguntándomelo) y además tenía fama de bueno, o en otras palabras, que en sus clases no tenías que esforzarte mucho.

Otro puntazo era el profesor de artes plásticas, que también se llamaba Marcos. También nos daba la asignatura de alternativa, si es que a eso se le podía llamar asignatura, porque era literalmente no hacer nada. Encima ese año teníamos 2 horas, que si las juntabas con la hora de tutoría en la que tampoco hacíamos nada eso nos daba un total de... 3 magnificas horas libres! Esas preciosas horas que aprovechábamos tan maravillosamente en jugar a la mímica, o al ahorcado, o a cualquier juego que pudieras hacer en clase, y bueno, de vez en cuando hacíamos los ejercicios que no habíamos querido hacer la tarde anterior.

Otro profesor digno de mención es mi profesor de Ciencias Naturales, José Vacas, alias "el vacas". Ese hombre es un personaje. Por ese entonces tenía 54 años y se quejaba como si tuviera 80, sus clases eran (y son) muy monótonas, y tenía una manía por dibujar en la pizarra todo lo que explicaba. El temario de ese año se basaba en animales, así que al terminar la clase dejaba la pizarra como si fuera un zoológico, y el profesor que venía después nos regañaba porque se creía que nosotros dibujábamos esas alimañas en la pizarra. La verdad entiendo que lo pensara, porque el hombre no dibujaba bien. Menos mal que es profesor de ciencias y no de artes... Pero en 2°de ESO no lo sufrí mucho, en 1° y 2° de Bachillerato sí, madre mía qué señor.

En cuanto a mis compañeros... había bastantes nuevos, y no me extraña, porque la mayoría de mi clase del año pasado repitió. Seguíamos teniendo a Laketus y su amigo, algunos travesañaos y los demás eran nuevos. Repetidores de 2°de ESO y dos chicos que se habían cambiado de clase. A uno lo llamaban Simply y el otro ni idea, no me acuerdo ni de su cara, pero nos caían bien.

Una vez terminada toda la presentación me reuní con mis padres, y ya en casa comenzó la "rueda de prensa":

- Hija, ¿cómo son tus nuevos compañeros?

- Pues sigue habiendo muchos repetidores, pero por lo menos estoy en clase con Camila, Emma y Fabiola.

- ¿Y Alex y Jessica siguen juntas en clase?

- Sí, me han dicho que su clase no ha cambiado y que tienen a la misma tutora del año pasado, esa mujer tan cotilla.

- ¿Tienes profesores nuevos?

- Sí, casi todos. Del año pasado solo tengo a Mamen.

- ¿Y que clase te da tu tutor?- dijo esta vez mi padre con mucho interés.

- Me da matemáticas.

- Uyy eso me gusta a mí. Yo creo que este profesor os va a meter mucha caña.- dijo mi padre con cara maliciosa. Aunque bueno, eso no lo sabría hasta mañana.